20/09/2024

“Tampoco pequemos de optimistas, seguimos en fase terminal”: Renato Cisneros y el análisis de un partido clave para un nuevo Perú [VIDEO]

El pasado Lunes 09

Luego del empate ante Colombia, último finalista de la Copa América y único invicto de las Eliminatorias, la selección peruana visitará a Ecuador en Quito en busca de su primer triunfo en el certamen.

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El valor de ese empate no solo hay leerlo matemáticamente, como una unidad más en la tabla de posiciones. Visto desde el plano simbólico, el 1-1 es un signo vital en el monitor de cuidados intensivos; la prueba fehaciente de que el enfermo no estaba muerto (tampoco de parranda), sino que había sufrido una parálisis de sus funciones básicas. En ese organismo maltrecho que es la selección, la sangre había dejado de circular y los ecos de la respiración partido a partido se escuchaban cada vez menos. El viernes por la noche, sin embargo, cuando ya medio país estaba dispuesto a declarar la defunción de Perú rumbo al Mundial 2026, el equipo, hasta hace poco rígido, clínicamente cadáver, movió el dedo pulgar de un pie. La vida futbolística se manifestó reclamando una oportunidad.

¿Fue un milagro de la fe o de la ciencia? Para seguir con la analogía, digamos que Fossati consiguió un mecanismo de ventilación adecuado (con más músculo que quimba, más fibra que gambeta) y un marcapasos (Sergio Peña) que al fin supo reanimar al corazón de un mediocampo que durante demasiadas fechas pareció una caravana de fantasmas.

Tampoco pequemos de optimistas. El viernes hubo latido, pero no resurrección. Seguimos en fase terminal. La buena noticia es que el cuerpo se ha movido, ante un rival superior ha dado un mensaje denotativo de sus ganas de seguir en competencia, y eso no es poco considerando los muchos golpes traumáticos recibidos en poco tiempo: la ida de Gareca, la lesión de Yotún, el fracaso de Reynoso, la desaparición de Paolo y Carrillo, la ausencia de Tapia en la Copa América, el escándalo de Cueva. La nuestra no es la clase de planilla capaz de soportar tantas malas noticias.

¿Somos favoritos ante Ecuador? Definitivamente no. Los antecedentes son un espejismo. La selección peruana que ganó dos veces allá, de visita (2017 y 2022), era muy distinta –quizá no en los nombres, pero sí en la edad y en el momento de plenitud de ciertos jugadores–; además, el grupo de Fossati juega mejor cuando nadie espera nada de él, cuando lo consideran, como ante Colombia, el seguro derrotado, el patito feo, el próximo muerto. Mejor pensar así, tal vez en el silencio del quirófano, justo antes de la autopsia, el cuerpo vuelve a mover el dedo y le damos a todos otra sorpresa.


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