¿Cómo describes tu actual momento futbolístico previa final de la Copa Sudamericana con Liga de Quito?
Agradecido con Dios por todo lo que estoy pasando. Nunca fue fácil, tuve que hacer muchas cosas, viajar por todos lados, pero se abrieron las puertas. Gracias a Dios las cosas se me están dando.
El fútbol fue tu motor y motivo para mejor tu calidad de vida en Haití. ¿Qué tuviste que sacrificar?
A mi familia siempre le gustó el fútbol, pero también fue mi escuela. Había que educarse, tener cosas en la cabeza, y mi papá me decía que la única manera de querer jugar al fútbol era trayendo buenas notas. Era la pelea de siempre, la escuela, traer buena nota y jugar. Hay pobreza, pero mucho talento en Haití. Lo que pasa es que no tenemos un campeonato muy conocido a nivel mundial, y no hay gente que trabaja en el fútbol para a los chicos que tienen talento. En mi caso fue aferrarme a mi sueño. Tenía la visa americana y viajé a los diecisiete años a los Estados Unidos. Ahí empecé a buscar mi puerta de salida. Gracias a Dios todos los tiempos que jugaba en la tercera división de los Estados Unidos, me vio una persona jugando así, y me dijo que había un equipo en Miami, me probé e integré el equipo. Así empezó todo mi camino.
¿Siempre jugaste de central?
Mis inicios era arquero, tenía siete años, pero a mi papá no le gustaba ese puesto. Después empecé de central, pero también fui mediocampista. Hay veces lateral derecho, me siento mejor como central.
¿A qué jugador siempre seguiste en tus inicios en el fútbol?
Sergio Ramos. Es mi ídolo. Un central que siempre admiro.
¿Haces un tipo de trabajo especial para cuidar tu físico y estar mentalmente fuerte?
Por todo lo que he pasado me hice fuerte, pero también tenía un sueño, talento. No solo basta con eso, siempre me levanto en trabajos diferenciales para ganar unos días o años más. Me cuido bastante en la semana.
¿En algún momento estuviste en Tailandia?
Fue en la Copa Oro del 2013 con la selección. Tenía un amigo que jugaba en Orlando City, entré en el equipo, pero esperaba un pase para jugar en la Segunda División de Estados Unidos, pero nunca me llegó. No pude debutar. Después ese mismo amigo estaba jugando en Tailandia. De ahí empecé a buscar contactos, fui a Tailandia, la misma persona era representante. Cuando llegué allá me dejó botado, no tenía con quién hablar. Gracias a Dios hablaba en inglés. Comía una vez al día. Buscaba entrenar, son sacrificios que uno hay que hacer para cumplir tu sueño. Siempre hay cosas en mi camino, siempre voy con mi pasaporte y dicen un haitiano, piensan que soy de una parte de África. También comentarios racistas, pero lo único que me importaba era jugar al fútbol. Mi familia vivía en Estados Unidos, y me ayudaban con un poco de dinero, el horario también era complicado. Yo era muy solo, pero son las cosas que tuve que pasar. Una cosa que tengo ese animal, la pantera, yo nunca bajo los brazos.
Hablas bien el español...
Sí lo aprendí en Chile. Cuando llegué en el año 2107, no entendía nada español. Nadie hablaba inglés, ni francés, tenía amigos haitianos, pero no cercanos. Todos hablaban español, pero fue un plus para aprender más rápido. Al principio hablaba con señas, pero gracias a Dios puedo hablar ahora contigo.
Tienes un dejo peculiar...
Sí, chileno, argentino, uruguayo, ecuatoriano, también. Mi español es como escuchar. Yo aprendo escuchando.
¿Cómo llegaste a jugar en Santiago Morning?
Estaba vacacionando y llegó la conversación que buscaban un central. Yo tenía visa de turismo, me pagaban con cheques, y el equipo de Miami me fui de buena con todos. No era de culpar a nadie. Regresé a mi país a jugar un año en don Bosco de mi país, me fue bien y abrió las puertas para ir a Chile. Esa misma gente le hablar de mí, de la nada me llamaron y mandé un video a Santiago Morning. Son cosas que uno pasa.
Después emigrarse a Ecuador. En Mushuc Runa, Aucas (campeón 2022) y ahora en Liga de Quito este año...
Estoy abriendo puertas para mis compatriotas. En lo personal, yo vivo solo. Estoy más concentrado. Mi familia está en Estados Unidos. Disfruto del fútbol, pero tengo la cabeza bien puesta. Me cuido, preparo los partidos. Soy haitiano. A donde voy, y dices haitiano, me miran de abajo hacia arriba, pero cuando hablan de mi país se saca alas. Tengo familia en Haití y Estados Unidos.
¿Qué dice la familia de tus logros deportivos?
Mi hijo de cuatro años vive con la mamá en Estados Unidos. Mi mamá también vive en Estados Unidos, mi papá falleció cuando tenía diecisiete años. Una de las cosas que me gustaría es que pudiera ver las cosas lindas que estoy pasando en la vida. No disfrutó de las cosas lindas. Siempre me acompañaba cuando iba a jugar. Si puedo pedir una cosa es tener a mi papá presente. Mi mamá y hermanas están contento conmigo. Ellos saben como soy, yo tomo mi tiempo para analizar y hacer un resumen de todas las cosas.
Eres de orar mucho y hablar con tu padre a través de la palabra...
Todos sus mis logros son para él. Cada vez que voy a Haití voy a visitarlo. Yo creo en Dios, y habló con mi papá. Me da las fuerzas.
Muchos te perfilan como el mejor central de la Copa Sudamericana. ¿Cómo te sientes?
Siempre tengo hambre, no me conformo, quiero más. Si la gente habla así de mi, pongo los pies sobre la tierra. No soy mejor que nadie. Tengo que hacer un camino para los que vienen atrás. Estoy alzando la bandera de mi país.
La presencia de Guerrero
Eres compañero de Paolo Guerrero, el goleador histórico de la selección peruana...
Muy contento desde su llegada al equipo. Tipo sencillo, humilde. Tiene una buena personalidad. Llegó al equipo y se comportó muy bien con todos nosotros. Tiene el respeto hacia nosotros. Es algo que genera una buena energía en los vestuarios. Nos hace sentir que todos tenemos el mismo sueño. Se acopla con nosotros, y nosotros lo hacemos muy querido. La hinchada lo quiere. Es importante para nosotros tenerlo a él.
¿Qué genera tener a un atacante de su experiencia en el equipo?
Normalmente cuando está en la cancha genera espacios y jugar mejor. Nos ayuda bastante en lo que va del año.
¿Cómo es en las prácticas?
Cuando jugaba en contra, me tocaba marcarlo, es diferente. Es un plus para aprender de él. Te hace mejor para enfrentar a otros delanteros que están a su altura. Con respeto a todos. Al tenerlo al frente no se le puede dar uno metros, después hay que buscar la pelota adentro.
Acá en Perú hay gente que lo critica y no destaca su vigencia al borde de sus cuarenta años...
Es el mundo que vivimos hoy en día. ¿Qué critican? La calidad de jugador que es, esas cosas no le afectan. Perú ha ganado un hincha más, por Paolo, igual cuando juega Ecuador. Tengo compañeros míos que están jugando en su selección. Yo soy futbolista, y cuando la gente habla, la única forma de cerrar la boca es en la cancha. A mí me pasó lo mismo cuando llegué a Liga, pero yo sabía lo que quería trabajar. Estaba tranquilo, yo tenía un plan, me cuidaba y salieron las cosas.
¿Cómo te visualizas para esta final ante Fortaleza de Brasil en Uruguay?
En lo personal nunca me veía jugar una final de la Copa Sudamericana. Ahora era difícil la cabeza en Emelec, el equipo lo hizo bien. Fue difícil llegar a la final. Partido único. El que mejor se prepara en ese partido se llevará la final. Ojalá seamos nosotros. La hinchada está muy ilusionada.
Podrías cerrar el año siendo campeón de la Sudamericana, del torneo ecuatoriano y seguir luchando por clasificar a un Mundial con Haití...
Ojalá, pero vamos paso a paso. Primero hay que pensar en esa final. Miércoles viajamos, vamos con la cabeza llena en la final. Hay que disfrutarlo y hacer las cosas bien.
¿Cómo esperas verte este sábado post partido en Punta del Este?
Con la bandera de Haití.
¿Eres de cábalas?
Sí, antes de cada partido pongo la pantera negra, es una de las cábalas.
¿Siempre llevaste esa cabellera rasta?
Cuatro años lo tengo. Es mi cabello.
Escuchas full reggae...
De todo. También reggaetón, cumbia, salsa, escucho de todo. Vivo solo y una de las cosas que me tiene alegre es la música. También preparo mi comida. Ahorita estoy viendo el partido (LDU). Le puse pausa para hablar contigo. Veo todos los partidos, estudio a los rivales, soy muy autocrítico para ver las cosas por mejorar.
Paolo Guerrero también debe escuchar buena música...
Siempre me molesta. Cuando llego al gimnasio y lo veo ya trabajando. Uno como joven aprende esas cosas. Él lo hace. Pongo salsa, y me molesta, dice que esa música de Haití, es buena vibra.
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