Medio tiempo de un partido duró el entusiasmo del público catarí con su equipo. Al descanso, cuando Ecuador ya les había endosado un 2-0, salieron a tomar el aire y ya no volvieron.
A medida que avanzaban los minutos sin que el combinado dirigido por el español Félix Sánchez mostrara capacidad de reacción, el rojo de los asientos fue sustituyendo al blanco de las túnicas de muchos de los asistentes.
La FIFA dio la cifra oficial de mas de 67.000 entradas vendidas, aunque en el aforo del estadio Al Bayt, según los organizadores, es de 60.000 butacas.
Pero incluso antes de que el italiano Daniele Orsato diera el pitido inicial, el lleno no era completo.
Muchos de ellos debieron asistir solo a la ceremonia de inauguración, una fiesta para la nación, que enseguida se aguó por los dos golpes que el ecuatoriano Enner Valencia asestó a sus hombres.
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