Este Diario recibió una solicitud de réplica de Dante Bernardo Rossetto, presidente de la empresa Ofiproin S. A., por la publicación, el 20 de julio anterior, de la noticia titulada 'Empresa de Quito y otra con accionistas argentinos facturan cerca de $200 000 a la FEF por presentaciones de Cruyff y Plan Estratégico'. En la nota se indica que, con base en información de una fuente que solicitó la reserva de su nombre, “Ofiproin S. A. facturó 100 214,70 dólares por doce diferentes rubros, de los 28 que se pagó para cumplir con ambos eventos”.
En su carta, el presidente de esa empresa dice lo siguiente:
“El que investigó, escribió y autorizó esa nota deportiva debe de considerar que estos ‘argentinos’ para su conocimiento tenemos más de veinte años de experiencia en la actividad comercial publicitaria -aquí y en el exterior-, representando a clientes de renombre, ganando premios en base a nuestro esfuerzo. Pagando tributos de forma puntual y precisa. Nuestros hijos son ecuatorianos y vivimos desde hace diecisiete años acá, en este país que entre otras cosas ha tipificado los actos de odio como lo es la violencia psicológica perpetrada en nuestra contra por ser “argentinos”, y prohibido directamente violentar nuestros derechos consagrados en la Constitución de la República, como lo son el de poder trabajar, el que sea respetado nuestro buen nombre y el de no ser discriminados”.
“Quien escribió y autorizó esta nota deportiva no hizo a cabalidad su trabajo, comenzando por no ir a la fuente principal que somos nosotros a preguntar en qué consistía el contrato con la FEF. En vez de eso, presumió una mala fe en vez de probarla, armando un supuesto en vez de una realidad”.
“Ofiproin S. A. es una compañía constituida al amparo de las leyes ecuatorianas el lunes 12 de abril del 2010 ante el entonces Notario Vigésimo Primero del Cantón Guayaquil, abogado Marcos Días Casquete, acto inscrito en el Registro Mercantil del mismo Cantón el viernes 23 de abril del mismo año 2010. Entre sus actividades comerciales señaladas en su objeto social múltiple, propio de la época, se dedica desde que la compramos en el año 2013 a los señores Leyla Cure y Ricardo Martínez, exclusivamente a la determinada en su literal k: Negocio y Agencia de Publicidad, actividad indicada en el Servicio de Rentas Internas y declarada en el Registro Único de Contribuyentes”.
“Ofiproin S. A. fue contratada por la FEF para diversos trabajos por los cuales se pactó un valor por el servicio a prestarse, servicio que fue cumplido, terminado y pagado”.
“Se trata de una noticia sin base y sin fundamento. De un supuesto que Diario EL UNIVERSO volvió realidad con una publicación que nos deshonra. Es una noticia con una base filtrada por alguien que tiene acceso a documentación contable o contractual de la FEF, lugar de donde debe de haber obtenido la información que publicó de forma irresponsable, sobre todo al no investigar sino simplemente endilgar con malicia y temeridad, supuestas incoherencias entre parte del objeto social de la empresa y los dineros pagados entre privados en forma legal y debida. Y todo esto aplicando el término en forma discriminatoria de ‘argentinos’”.
“Los datos publicados no representan una investigación en forma adecuada. La Superintendencia de Bancos no puede entregar información que esté protegida por sigilo bancario, la Superintendencia de Compañías, el organismo de control que regula a mi empresa, solo confiere datos públicos y el Servicio de Rentas Internas no mantiene el detalle de facturas sino el soporte de balances contables”.
“Sin dudas el carácter de la nota reviste un alto grado de mala intencionalidad ya que muchos de los proyectos enumerados y muchísimos otros entregados dentro de lo convenido, que no se mencionan, son anteriores y posteriores al evento mencionado y cuya ejecución se fue dando con el correr prácticamente un año de trabajo con la FEF”.
NOTA DE LA REDACCIÓN
La información de los pagos que hizo la Federación Ecuatoriana de Fútbol a la empresa Ofiproin S. A., por 100 214,70 dólares, por los trabajos enlistados en la nota, consta en documentación de la FEF que fue entregada a este Diario por un funcionario del organismo que pidió la reserva de su identidad. De lo demás, nuestros lectores, que nos honran con su confianza, sacarán sus propias conclusiones. (I)