El entrenador Rubén Darío Insúa dirigirá desde Argentina al equipo ecuatoriano Liga de Portoviejo mientras dure la pandemia de coronavirus, tras haber regresado a su país en un vuelo de repatriación para atravesar la cuarentena junto a su familia.
Insua conduce desde inicios de 2019 a Liga, club con el cual obtuvo el ascenso a la primera división y alcanzó a disputar cinco partidos en 2020 hasta la suspensión de la competencia. Ahora trabaja para que sus futbolistas estén preparados para volver a la actividad pero se enfoca en la salud mental de sus dirigidos.
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“Mantenemos contacto diario a través de la tecnología”, dijo Insua a Reuters, mientras cumple desde su arribo días atrás con el aislamiento obligatorio en un hotel de la Ciudad de Buenos Aires antes de reencontrarse con su mujer y sus dos hijos.
“Por supuesto que el trabajo que se hace de manera individual y a distancia está muy lejano a lo que exige la alta competencia, pero en este momento lo más importante es la salud”, añadió Insua en la entrevista.
El técnico de 59 años regresó con permiso del club junto a su asistente Roberto Oste, tres futbolistas y otros compatriotas que se encontraban en Ecuador en un vuelo enviado por el Gobierno argentino.
En la ciudad de Portoviejo quedaron su hijo mayor Robertino, que juega de mediocampista y forma parte del equipo, y el preparador físico Gabriel Ruiz.
“A medida que la pandemia se extiende en el tiempo, empieza a perder importancia la parte física y hay que enfocarse en la cabeza: despejarse, distraerse y mantenerse fuerte mentalmente”, señaló Insua.
Si bien no hay fecha estimada para el retorno de las competiciones, el argentino que fue campeón como jugador y como técnico con Barcelona de Ecuador considera que “el fútbol no volverá de un día para el otro”.
“Si pasan dos meses o más, se van a necesitar cuatro o cinco semanas para competir”, añadió el DT.
Insua, apodado “el Poeta del gol” en sus tiempos de delantero de Independiente, San Lorenzo y Estudiantes de Argentina, aguarda en un hotel por la realización de estudios médicos indicados por las autoridades y luego deberá continuar con el aislamiento en su casa.
“Mis hijos me están esperando y espero verlos pronto. Lo que más me interesa es que se encuentren bien los que están acá y el que está allá”, completó.
Ecuador suma al menos 23.000 contagiados y unos 600 muertos, además de otros 1.000 fallecidos que podrían estar relacionados a la enfermedad. (D)