Así como convocó a miles de ecuatorianos para soñar en grande con la selección nacional sub-20 que ganó medalla de oro en Chile en el Sudamericano 2019, el director técnico Jorge Célico hoy hace un llamado a la solidaridad con las personas “que se rompen el alma para salvar vidas” y derrotar al coronavirus. Lo hizo en una charla con EL UNIVERSO vía Instagram Live el martes pasado (antes de la remoción de Francisco Egas como presidente de la FEF).
¿Qué opina de los que piden jugar sin público, como si los futbolistas en cancha no se fueran a contagiar?
Yo quiero no defender al que pide eso sino llamar a la reflexión. Lo que ocurre es que se van mezclando dos situaciones muy importantes; por citar, la parte económica que genera una distracción, que es el fútbol. Hay mucha gente que tiene obligaciones económicas o intereses económicos en este deporte que deja de lado la parte sanitaria del tema; eso está muy mal hecho. Hay que entender que precautelar la salud de todo el mundo, entre ellos los jugadores, es lo primero. En algún momento va a volver el fútbol, pero debe ser cuando tenga el marco de seguridad para los que jueguen. Pueden entrenar separados si quieren, pueden no hacer fútbol en la semana, concentrar en habitaciones individuales, pero el día que ya jueguen chocarán, forcejearán con el rival y tendrán contacto directo. Hay que volver al fútbol cuando las autoridades nos den la seguridad de que los jugadores no se enfermen.
¿Comparte usted la postura de científicos de que sin vacuna no hay fútbol?
Eso sería lo ideal porque se supone que la persona que está vacunada no contagia ni va a contraer el virus. Pero también podría ser a través de protocolos, como hacerles test periódicos a los futbolistas, mantener controles muy estrictos, de circunscribir a los jugadores a un medio, tal vez. Quizás haya que cambiar la situación de los partidos; por ejemplo, se me ocurre que podrían jugar un miércoles y un sábado y mantenerse concentrados esos dos días, y después realizar análisis y ver que no haya ningún problema. Hasta que salga la vacuna quizás pase mucho tiempo. Organizar un partido y jugarlo implica reunir en un escenario por lo menos a cien personas. Todos quienes están en el entorno también merecen los controles necesarios.
El virólogo Marc Van Ranst, uno de los expertos que aconsejan al Gobierno de Bélgica sobre las medidas contra la COVID-19, plantea el uso de mascarillas para jugar al fútbol. ¿Es viable?
No lo veo. Habría dificultad en los esfuerzos máximos para recuperarse, para conseguir oxígeno, si tienes algo (que cubre boca y nariz) te lo sacas de inmediato. Desde mi falta de conocimiento, creo que como deportista es muy difícil realizar una actividad con algo como una mascarilla.
¿El fútbol cambiará?
No. El fútbol es muy especial. Dentro de lo especial que es este deporte está esta historia de que cuando uno entra a jugar, la mente está en blanco, uno se olvida de todo: si te deben dinero, si la pasaste mal. Lo que uno quiera se olvida.
¿Sabe si se analiza la opción de dividir los torneos por regiones, si el de LigaPro y los organizados por la FEF no pueden jugarse en los próximos meses con normalidad?
Yo creo que en las divisiones inferiores vamos a tener que ir por ese lado que usted dice: que se juegue en dos regiones o cuatro. El tema es evitar los excesivos traslados, hotelería, convivencias y ese tipo de cosas. Y eso se evita haciendo zonalmente los campeonatos. Todo dependerá del comienzo de la actividad porque si el reinicio del campeonato es casi llegando a fin de año, ni siquiera tiene sentido jugar. Si es esa la alternativa, lo viable sería hacer un minitorneo en cada región y luego jugar una pequeña final.
¿Cómo es su día a día en familia con este aislamiento provocado por la pandemia de COVID-19 y qué hace para sobrellevarla?
Intenté, a partir del paso de los días, tratar de hacerlo todo esto muy productivo. Primero, entendiendo que si bien uno está encerrado hay gente que la está pasando muy mal. Gente que está contagiada o en hospitales. O gente que está dentro de su casa o no tiene casa, o está dentro de su casa y no tiene las posibilidades de tener comodidades mínimas, como el internet y la TV por cable. Una vez que digerí todo eso traté de hacer del tiempo (algo) absolutamente útil. Tengo charlas con mi cuerpo técnico todos los días, por dos horas, de 11:30 a 13:30. Luego tomo clases de idiomas, vía Zoom. Y después surgieron entrevistas de este tipo, diálogos con entrenadores; por ejemplo, el jueves (pasado) tengo una para DT argentinos (de la asociación Técnicos Unidos Argentinos) y el viernes analizaré protocolos de cuidados que hay que tener con los deportistas en la pandemia. Y leo mucho. Al inicio lo veía interminable y hoy se me pasa rápido el día con todo lo que fui agregando. Ahora me doy cuenta de que vivíamos corriendo y no nos dábamos tiempo a este tipo de cosas, como la lectura.
¿En algún momento sintió temor o ansiedad?
Ansiedad, sí. Es más, aumenté de peso, que debe ser normal en mucha gente. Es producto de la ansiedad y del encierro. Pero el año pasado pasamos mucho más tiempo fuera de la casa que en ella; estuvimos casi seis o siete meses fuera de nuestros hogares, entre viajes, giras, concentraciones, microciclos (con la sub-20, ganadora del Sudamericano y luego tercera en el Mundial de Polonia). Después estuvimos con selección mayor; partidos amistosos, Panamericanos y
el torneo Preolímpico.
¿Qué les dice a los que se angustian por el confinamiento?
Lo único que podemos hacer, para dar una mano a toda la gente que se rompe el alma, para salvar vidas, es quedarnos en casa. Es muy importante entender que mucha gente no la está pasando bien. Gente que vivía del día a día, de su negocito y hoy no les entra plata. Esta pandemia debe dejar como aprendizaje que estamos prestados en esta tierra por un tiempo. Debemos ser más solidarios, mejores personas y compartir un poco de lo que quizás a nosotros nos sobre. (D)
En algún momento va a volver el fútbol, pero debe ser cuando el fútbol tenga el marco de seguridad para los que jueguen
Jorge Célico, técnico de la Tricolor sub-20