‘Super-Nueve’ se denominó al equipo de béisbol de la Asociación Deportiva Nueve de Octubre (como también fue bautizado el de fútbol por las contrataciones estelares que hizo y porque fue dos veces subcampeón y como tal jugó la Copa Libertadores en 1984 y 1985) que en la década de los 80 ganó tres torneos de manera consecutiva. Fue armado por Omar Quintana y dirigido por Freddy Uzcátegui, Eloy Guerrero y Stanislaus Sonnenholzner.
Me refiero a este tramo de la historia del béisbol porteño por el fallecimiento, en días pasados, del directivo Omar Quintana Baquerizo. Cuando se supo su deceso, las redes sociales y los medios de comunicación lo informaron de inmediato. La sección deportiva de este Diario le dedicó la portada completa, con una extensa nota escrita con mucha precisión por Ricardo Vasconcellos Rosado.
Nunca será suficiente una columna o una semblanza para destacar todo lo que realizó Quintana por el deporte ecuatoriano. Fue un basquetbolista de gran nivel, y luego propulsor y gestor de muchas maneras de esta (baloncesto) y otras actividades formativas.
En su paso por el club Nueve de Octubre se encargó de promover el fútbol, básquet y béisbol. Cuenta la historia que fue Fernando Úraga quien interesó a Omar para revivir a la novena octubrina en los campeonatos de la máxima división.
En 1982, en su primera participación con Quintana, los octubrinos tuvieron un desempeño protagónico al clasificar a las semifinales, instancia en la que con un jonrón sufrido de último momento perdieron 1-0. Para la campaña siguiente logró armar un mejor equipo con la incorporación de destacados peloteros del medio local. Así, Nueve llegó a exhibir una supremacía de varias temporadas consecutivas y demostraron buen nivel en su béisbol.
El ‘Super-Nueve’ tuvo la característica de contar con guerreros que no daban por perdido ningún partido; luchaban hasta el último out. En varias ocasiones ganaron desde el comienzo y otros juegos los resolvieron al final. Siempre derrocharon pundonor y todos sus integrantes amaban el béisbol con mucha pasión. Buscaban formas de entrenar. En ocasiones al mediodía, otras en las noches y muchas veces muy por las mañanas, antes de la jornada de estudio o de trabajo de sus peloteros y entrenadores.
Como toros
Aunque ningún campeonato lo obtuvieron de manera invicta, era muy difícil vencer al Nueve de Octubre de Quintana. En cierta ocasión se les ocurrió a los directivos y cuerpo técnico, antes de un duelo de las finales, darles a los beisbolistas sesiones de motivación. Fue tan efectiva la charla que fue notorio que los octubrinos entraron al diamante con la autoestima y la confianza muy altas. Parecían briosos toros al salir a la ruedo. Tan motivados estaban que en las primeras acciones ya habían expulsado a uno de sus jugadores. Por fortuna, las cosas volvieron a su cauce normal.
Solo los mejores
Los entrenadores del ‘Super-Nueve’ fueron los mejores del momento. Es muy difícil conseguir juntar a tan selectos profesionales en un cuerpo técnico de un mismo equipo. Eran tan conocedores y expertos que cada uno de ellos pudo estar conduciendo por separado a clubes diferentes. Esa posibilidad de reunirlos a todos en Nueve fue gracias a Omar Quintana, que era un ganador por excelencia y que no dejaba detalles librados al azar.
Entre los peloteros que fueron parte, en distintos momentos de ese periodo triunfal de Nueve, estuvieron Álvaro Juez, que es para muchos uno de los mejores lanzadores zurdos del béisbol ecuatoriano; completaron el cuerpo de serpentineros Kléber Rendón, Carlos Silva, Alfredo Veintimilla, Frank Petersen, Marcos Barros, Francisco Pesantes, Hans Franco (también arquero del primer equipo de fútbol), Paul Sonnenholzner, Marcos Maruri, Pablo Rico.
Más peloteros
Como receptores rotaron Washington Fiallos y Fernando Franco. En la inicial primero estuvo Ricardo Jara y luego Manuel Chiquito. En el cuadro interior José Portalanza, que fue su primer capitán; Juan Carlos Delgado, Alfredo Rosado, Jorge Chávez, Manuel Calle, Fernando Úraga, Franklin Méndez, Olmedo Arroba, Juan Veintimilla, José Vergara, Jorge Perasso, Stanislaus Sonnenholzner (que cubría bien la primera base y las praderas).
Los bosques fueron patrullados por Aurelio Yeyo Úraga, Alberto Torres, Óscar Moggia, Enrique Realpe, Ernesto Silva, Marlon Lama, Antonio Medina, Ángel Ochoa, Joffre Quinteros, Juan Carlos Chevasco y Galo Rodríguez.
Títulos anteriores
El tricampeonato de Guayas lo consiguieron en 1983, 1984 y 1985. En esa última temporada de dominio octubrino se permitió la participación de jugadores extranjeros que llegaron de la Universidad de Fullerton. Reclutados por José Freire vinieron Gary Williams, Christopher Jorrel y Glen Braybrooks. También colaboró en la dirigencia patriota Carlos Manosalvas.
Ese ‘Super-Nueve’ quedó en la historia. Aquel triplete de coronas en la mitad inicial de los años 80 se sumó a los títulos octubrinos de 1961, 1963 y 1967, en el certamen de béisbol provincial (en la categoría mayor), conquistados bajo el mando de Gustavo Mateus.
Con el paso del tiempo Quintana regresó al Emelec y además de triunfar en el balompié eléctrico también apoyó a la natación, taekwondo, boxeo, básquet y un año logró campeonatos en diversas disciplinas. El dirigente fue clave para el retorno de la novena eléctrica con el proyecto de un grupo de juveniles liderados por Miguel Felman. Los guiaron, los fortalecieron y les proporcionaron experiencia internacional al llevarlos a una larga gira por República Dominicana.
Quedan pendientes por tratar los temas del intento de inicio de Grandes Ligas y los fallecimientos de los distinguidos colegas Luis Alberto Flores, Elio Armas, Edberto Vera y Roberto Román y del pelotero Carlos Cuesta, segunda base campeón con Emelec 1965, 1970 y con Nueve de Octubre en 1967. Cuesta ahora debe estar haciendo muchos doble play con Pedro Murrieta, que pereció hace pocos días. Esperemos que esta calamidad que estamos sufriendo no nos siga arrebatando a personas queridas del deporte ecuatoriano. (D)