Días “durísimos” son los que viven los árbitros de la segunda categoría del fútbol profesional del Ecuador, y en igual situación están los de tercera y cuarta categoría en esta época de confinamiento por el coronavirus, debido a que la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) no les cancela por trabajos realizados en el 2019, incluso a algunos rubros del 2018, y por la cuarentena ni siquiera pueden ayudarse con los ingresos que obtienen por dirigir en las ligas barriales.
Dedicados casi al 100 % al arbitraje, en el cual máximo facturan $160 al mes a la Ecuafútbol (por dos partidos), dinero que no cobran de forma puntual, y sin actividad en las barriales, con lo cual pueden llegar a unos $400, la “crisis de los compañeros es terrible”, indicó a este Diario Vinicio Espinel, vicepresidente de la Asociación de Árbitros de Pichincha.
“La situación de ellos es durísima. Muchos me escriben y me cuentan que no tienen ni para comer. Es humillante e indigno que estén mendigando a la FEF por un dinero que lo ganaron con su trabajo”, indicó.
“No es justo que a los chicos se les trate como si no valieran. Muchos de ellos relevarán a los que actualmente dirigen en las series A y B. La Federación no les paga facturas hasta de nueve meses del 2019. La deuda global asciende a cerca de $1 millón”, añadió el exárbitro FIFA.
La deuda es por haber dirigido juegos de la segunda división profesional, todas las categorías formativas e incluso “la Copa Ecuador y la Superliga Femenina”, reveló Espinel, quien aseguró que de los dos últimos torneos no han recibido “ni un solo centavo”.
A pesar de estar impagos seguimos entrenando en casa, cumpliendo con tablas dadas y en videoconferencias que se nos da. Ely Bravo, árbitro de fútbol
El caso de Ely Bravo, árbitro de segunda, es más grave. No le cancelan valores del 2018, y del 2019 apenas le han pagado el 30 %. “En total me deben unos $4000. Otras veces que hemos reclamado nos dan fechas del posible pago, pero ahora no nos dicen nada”, contó.
“Hemos conversado con nuestro presidente Luis Muentes, pero hay gente a la cual le prestan más atención como es a los de primera. Nosotros seguimos a la espera. Aunque conozco que a ellos también les deben”, indicó.
Bravo accedió al diálogo, pese a que, según Espinel, eso podría acarrearle represalias. “Muchos prefieren callar porque aspiran a llegar a primera división y si reclaman les cortan la carrera. Están atados las manos”, apuntó Espinel.
“Hace un mes que se hablaba de paralizar el torneo, se dialogó con los jueces de primera, y la mayoría quiso apoyar. Pero, Muentes se dio las vueltas y comunicó al gremio que había hablado con el presidente de la FEF (Francisco Egas) y que le ofreció pagar desde julio. Ahora me llegó un comunicado donde va a haber una nueva prórroga, por el coronavirus”, indicó.
Este Diario intentó dialogar ayer con Muentes, pero las llamadas a su celular se desviaban al buzón de mensajes. (D)