Nos habíamos acostumbrado tanto a considerarlos como arqueros insustituibles en las porterías tanto de Emelec y de Barcelona. Sus antecedentes y liderazgo les permitieron ser muchas veces considerados capitanes en sus respectivos equipos y hay que agregar los logros conseguidos a través de sus trayectorias. Por sus ejecutorias bajo el arco fueron designados en diversas ocasiones como los mejores arqueros del campeonato y además los convocaron a la Selección nacional para avalar todos esos pergaminos.
Esteban Dreer llegó a Emelec en el 2012 y se convirtió desde esa temporada en el arquero titular indiscutible; ganó cuatro campeonatos nacionales (2013, 2014, 2015, 2017) y fue reconocido por tres años consecutivos (2013, 2014, 2015), como el mejor portero del país. Se nacionalizó ecuatoriano y jugó por la Tricolor en la Copa América y en algunos partidos de las eliminatorias a Rusia 2018. Entre sus principales características están su saque plano, siempre direccionado, con gran técnica para habilitar a sus delanteros para que aprovechen la instancia ofensiva. Buen juego aéreo, de reacciones sorprendentes bajo el palo, y era, además, una voz autorizada para sus defensas.
Mientras que Máximo Banguera llega al Barcelona en el 2009 como jugador suplente y ante la lesión del argentino Pablo Santillo agarra la titularidad y desde ese año se convierte en el referente del pórtico canario. Campeón del fútbol ecuatoriano en el 2012 y en el 2016 y seleccionado ecuatoriano en muchas ocasiones, Banguera brindaba seguridad, reflejos felinos. Es un gran atajador de penales y cuentan que en el camerino tenía una voz potente. Se lo criticó muchas veces por perder la seriedad y la sobriedad, por tomar posiciones ridículas, como perder el tiempo, fingir lesiones, provocar al rival, sus excesos perjudicaron su imagen, pero sus condiciones técnicas nadie las puede negar.
Tanto los aficionados emelecistas como barcelonistas en el momento de reconocer a los mejores arqueros de todos los tiempos de sus respectivos equipos ubican a Dreer y a Banguera en esa lista preferente. Por ejemplo en Emelec en el cuadro de honor están Eduardo García, Ramón Maggereger, Cipriano Yu Lee, Miguel Ángel Onzari, Xavier Baldriz, Ramón Souza Duarte, Marcelo Elizaga y Dreer. Todos ellos están entre los mejores de la historia del equipo eléctrico; mientras que en Barcelona en la lista selecta de goleros están Pablo Ansaldo, Helinho, Luis Alberto Alayón, Jorge Phoyú, Rubén Montoya, Carlos Luis Morales, José Francisco Cevallos y por supuesto se lo debe incluir a Banguera.
Con estos antecedentes, y en plena vigencia como futbolistas activos, tanto Emelec como BSC decidieron en forma inesperada no continuar con ellos y la pregunta lógica ante tal noticia fue ¿por qué Dreer y Banguera no continuaron en sus respectivos equipos? En el caso de Dreer la versión oficial la explicó en estilo sui géneris Nassib Neme, presidente de Emelec. Alegó que en su calidad de dirigente de fútbol no administra sentimientos, ni toma decisiones por merecimientos y que le da prioridad a la realidad deportiva y la económica. Que el pasado es pasado y que no forma parte de las evaluaciones primarias; al escuchar la versión del máximo directivo eléctrico, Dreer afirmó sentirse maltratado e hizo pública su inconformidad e insistió que merecía más respeto por lo que le dio a Emelec.
Pienso que Dreer se confió en que su pasado era muy fuerte como para no ser tomado en cuenta y peor que prescindieran de él. No reflexionó que estaba también cumpliendo un ciclo y que posiblemente estaba viviendo los tiempos de su despedida, no consideró que eso podía pasar en cualquier momento, como efectivamente sucedió. Neme aplicó la fórmula que alguna vez utilizó Mauricio Macri cuando era presidente del Boca Junior de Argentina: “Soy hincha a muerte de Boca los domingos, el resto de días guardo esa pasión con inteligencia para aplicar frialdad a las decisiones”.
Lo de Banguera es una historia diferente porque la decisión de su separación del equipo tuvo carácter absoluto, terminante e irrevocable y así lo demostró el recién electo presidente del BSC, Carlos Alfaro Moreno, al hacer oficial que el portero no podía continuar. Y explicó la drástica determinación al inculparlo de hacer promoción en la campaña electoral por la lista de Cevallos, usando sus redes sociales para poner mensajes apoyando la lista contraria de Alfaro Moreno, quien apenas se posesionó mencionó que buscaría arquero y recalcó que la falta de Banguera había sido involucrarse en la política del club. Además, recalcó que si se hacía el “distraído” ante esa situación, en la próxima elección los futbolistas canarios terminarían decidiendo quién va a ser el presidente del club.
Aunque Alfaro Moreno explicó públicamente que la determinación de dar por terminada la relación contractual con Banguera no tenía nada que ver con la apurada renovación del contrato de este –que como recordamos se llevó a cabo exactamente a pocos días de terminar el periodo presidencial de Cevallos, lo que de por sí fue un evento inaceptable–, el nuevo mandatario dejó hábilmente en el ambiente, para nuestra deducción, que esa renovación, que había sido sustancialmente mejorada económicamente y hecha a última hora, debía traer consigo alguna condición.
Es decir, un agradecimiento especial del guardameta y es así que solo así podemos entender que Banguera, tratando de ser recíproco, promovió en su Twitter la candidatura de Cevallos a la reelección, cometiendo un craso error que le costó al propio Banguera su continuidad en el Ídolo del Astillero.
Por supuesto que también el arquero Banguera era conocedor que siempre iba a tener la sartén por el mango, a sabiendas que si no contaban unilateralmente con él, iba a tener derecho de un acta de finiquito que le representaría cientos de miles de dólares para sus arcas. Y como lo sabe perfectamente que cobrará ahora o luego, pero cobrará, ha enviado en las mismas redes sociales que usó para politizar su relación, un mensaje que advierte que se le está acabando la paciencia y que está dispuesto a que su reclamo vaya a otras instancias. Es así que en esos términos nada amigables culmina la dilatada trayectoria de Banguera en Barcelona.
En fin, los casos de Dreer y de Banguera representan sucesos anecdóticos que en el fútbol se repiten permanentemente. Suceden porque el balompié es un deporte que da muchas oportunidades, pero que también requiere decisiones y tomar una equivocada puede modificar el destino. De lo que sí estamos claros es que es imposible borrar de la historia, tanto de Emelec y de Barcelona, las trayectorias de Dreer y de Banguera. También es verdad que solo quedarán los recuerdos de ambos.
Por ahora serán otros los que comenzarán a ocupar sus puestos y será extraño y tal vez hasta causará nostalgia no verlos debajo de los tres palos. Pero así es la vida y desde esa consideración nada sucede por casualidad, sino por causalidad. (O)
Será extraño y tal vez hasta causará nostalgia no verlos debajo de los tres palos. Pero así es la vida y desde esa consideración nada sucede por casualidad, sino por causalidad".