El baloncesto fue siempre el deporte insignia de la Liga Deportiva Estudiantil. Desde su fundación construyó grandes equipos que hicieron historia y marcaron época en la historia del deporte guayaquileño y ecuatoriano. Grandes jugadores de su divisa ocuparán lugares de renombre el día en que se haga la historia de este deporte: Juvenal Sáenz, Víctor Caballito Zevallos, Carlos Ruiz Proaño, Augusto Jijí Barreiro, Gustavo Vargas, Pepe Aguirre, Humberto Moreira, Miguel Cuchivive Castillo, Víctor Andrade Zavala, Pepe Díaz Granados, Rafael Bolita Mejía, Carlos Valle Mata, Jorge Chato Mejía, Pablo Cabanilla, Eduardo Alarcón Soto, Juan Sala Larreta, Abel Jiménez Parra, Luis Cholula Landívar, Enrique Zevallos y tantos otros grandes canasteros.
En uno de los ciclos más brillantes de su historia LDE tuvo cuatro coronas al hilo entre 1960 y 1963, único club en lograrlo, y paseó por todo el Ecuador su condición de inderrotable, aun frente a grandes equipos y selecciones extranjeras. En 1966 esa conjunción de estrellas inició otro episodio histórico que culminó con el pentacampeonato (1966-1970), una gesta gloriosa nunca igualada.
En 1969 Juvenal Sáenz Gil presidía la Comisión de Zona Sudamericana de Básquet. Su prestigio e influencia lograron que se asignara a Guayaquil la sede del III Campeonato Sudamericano de Clubes Campeones. Estuvieron para respaldar la idea Víctor Andrade Zavala, entonces presidente de la Comisión Técnica Nacional y, por tanto, máximo dirigente del básquet nacional; Joaquín Antón, presidente del Comité de este deporte de la Federación Deportiva del Guayas, y Moisés Simmonds Dueñas, en aquella era presidente de LDE, campeón ecuatoriano, quien debía armar el equipo ligado.
Todos ellos fueron dirigentes que dejaron una huella profunda no solo en el plano técnico, sino también en el humano, en el de su altura espiritual que tantos extrañamos hoy.
LDE entregó la responsabilidad de la preparación del equipo a un personaje a quien el básquet y el deporte de Guayas jamás podrán pagar la deuda que generó su entrega sacrificada, generosa y fecunda: Juan Zerega, descubridor y formador de estrellas en el colegio San José y la LDE. Ya no está él con nosotros para que lea esta nota, pero en el alma de los jugadores de esa generación vive siempre su ejemplo. A él se unió un joven técnico chileno que hacía trabajos industriales en el medio: Ernesto Brunnet.
LDE era un plantel inderrotable como ya lo dijimos. Sus jugadores son hoy parte de la leyenda que arranca con el capitán Carlos Valle y sigue con el inigualable Chato Mejía, Juanito Sala y Abel Jiménez, los tres ya fallecidos, Enrique Caballito Zevallos Avellaneda, Coco Briones y Luis Mejía. A ellos se unieron un destacado jugador estadounidense, Jack Gillespie y los cracks nacionales Omar Quintana, Juan Saab, Nicolás Lapentti Carrión y Jorge Niemes.
Frente a esa formación guayaquileña iban a estar nada menos que el Corinthians, de Brasil, subcampeón mundial de clubes, con basquetbolistas legendarios en su país para el que habían conquistado dos títulos mundiales: Vlamir Platillo Volador Marques, Amaury Passos, Ubiratán Pereira, Mical, Joy, Geraldo, Rubinho y Renzo. También iba a llegar Atlético Almagro, campeón de Argentina, con Óscar y Aldo Montalbetti y Juan Spless. Por Uruguay estaría el Tabaré, al que prestigiaban grandes jugadores como Washington Poyet, Milton Freire y Julio Gómez. Unión Española vendría de Chile, con Juan Guillermo Thompson, Edgardo Arismendi y el norteamericano Burkley Butle. Y finalmente los peruanos de Regatas Lima con Juan Carlos Duarte, Tomás Sangio y el Chino Vásquez.
El 19 de noviembre de 1969 debutó en el Coliseo Cubierto nuestra Liga Deportiva Estudiantil venciendo en gran forma a los argentinos de Almagro por 94-64. Fue un gran arranque del gringo Gillespie que marcó 27 puntos y una demostración de velocidad y picardía en nuestros muchachos, especialmente de Mejía y Lapentti. Dos días después cayó uno de los rivales más fuertes, Regatas Lima, en un final dramático. 58-57 favorable a LDE fue el marcador final. Esa noche los peruanos bloquearon a Gillespie, pero apareció en dimensión soberbia Billy Jiménez, que fue el mayor encestador del partido con 22 puntos.
El 22 volvió el drama al Coliseo Cubierto cuando LDE venció a Unión Española por 67-66. Liga estuvo siempre arriba del marcador, pero Unión Española le dio alcance en el segundo tiempo y llegó a superarla 57-53. Liga emparejó. El ingreso de Omar Quintana le dio mayor penetración. Le cometieron falta y convirtió los dos tiros. Otro ataque suyo y un pase atrás permitió una canasta de Gillespie. En los últimos segundos Bute anotó y los chilenos se pusieron arriba 66-65 cuando una canasta del Chato Mejía puso en ventaja a los locales. Empezaron los ligados a pasarse el esférico para consumir los segundos e inexplicablemente perdieron el balón. Muller lanzó y dio en el aro. Tomó el rebote Fornoni y manoteó Zevallos.
La tomó el Chato y salió driblando. Muller le puso una zancadilla y cayó sin aflojar la bola. Se formó un entrevero y sonó el silbato. Liga había ganado uno de los más emocionantes partidos. El 24 vencieron a los uruguayos del Tabaré por 74-59 con gran actuación de Carlos Valle y Enrique Zevallos. El Chato puso una pelota a nivel del aro y Juan Saab, de espaldas, la cacheteó para marcar la canasta más espectacular del torneo.
El 25 de noviembre de hace 50 años, con un Coliseo lleno hasta las banderas, se jugó la final. Liga perdió ante el extraordinario y mundialista Corinthians, pero produjo un primer tiempo que los sabios del básquetbol lo recuerdan como la exhibición más brillante de la historia de la canasta nacional. Jugaron de igual a igual ante las estrellas del primer mundo basquetbolístico y aunque cayeron dignamente, la prensa tuvo frases elogiosas para los hombres de LDE, vicecampeones sudamericanos.
Diario EL UNIVERSO del 26 de noviembre de 1969 remarcó: “El campeón ecuatoriano LDE cumplió una actuación brillantísima en este torneo convertida en la mejor que un equipo ecuatoriano haya realizado hasta la fecha (…). Liga respondió a la confianza de la afición y en jornadas memorables superó a los campeones de Argentina, Uruguay, Chile y Perú para caer ante los maravillosos brasileños con todos los honores del caso (…). Dirigentes y jugadores deben sentirse orgullosos del triunfo obtenido”.
Después de un largo letargo que casi la lleva a la extinción, Liga Deportiva Estudiantil, el club que ha dado al país los más grandes logros deportivos, empezando por la Hazaña de Lima, ha renacido bajo la conducción capaz, creativa y entusiasta de jóvenes directivos encabezados por Álex Wiesner Flor y Jacinto Flor Bustamante, de probados genes ligados. Nos hemos anticipado un poco a la conmemoración para que el club pueda preparar un homenaje a los integrantes del equipo que aún están con nosotros. Estamos seguros de que esta sugerencia será acogida por los actuales directivos, celosos cultores de la historia lujosa de la LDE.
Los aficionados al básquet y el deporte porteño y nacional recuerdan siempre con orgullo los nombres de dirigentes, técnicos y jugadores que forjaron en el rectángulo del Coliseo Cubierto (hoy Voltaire Paladines Polo) uno de los más grandes momentos del deporte guayaquileño y nacional. (O)
Los aficionados recuerdan siempre con orgullo los nombres de dirigentes, técnicos y jugadores que forjaron uno de los más grandes momentos del básquetbol guayaquileño y nacional."