Todos hemos tenido sueños de grandeza, unos realizables y tantos otros sin llegar a cristalizarse. Hoy el Gobierno ecuatoriano lanza una aspiración tan lejana: postularse, conjuntamente con Colombia y Perú, para organizar el Mundial de Fútbol para el 2030. Un certamen que paraliza a todas las naciones del planeta Tierra.
Analizando este tema seriamente, nos parece que el afán/deseo del Gobierno es propiciar una nueva mentira en la presente década; recordemos que ya vivimos/sufrimos en la década anterior un capítulo triste para el país y que gracias a Dios y al dólar no nos fuimos a pique, y hasta ahora el país sigue flotando y subsistimos con una superapretada economía. Pero ahora irónicamente se piensa en ser coanfitrión de un mundial de la número cinco. El fútbol es un deporte de masas y apetecido por todos los gobiernos.
Es visible que Ecuador tiene en estos instantes un buen número de problemas que van de lo social a lo económico; el estatus de vida nos hace temblar a todos, la alarma de inseguridad está encendida y nadie puede caminar/transitar con calma, y quienes tienen ese privilegio son los que poseen guardaespaldas; el desempleo campea, el índice de pobreza va en aumento, la educación fiscal retrocede cada día; el alumnado en un 90% no respeta al profesor y las autoridades educativas han perdido su honor; ya no aparecen los líderes estudiantiles, lo que da vía libre a los corruptos, y tantas otras falencias que nos califican como un país subdesarrollado.
- Moreno propone a Perú y Colombia organizar el Mundial 2030
Y en lo deportivo, le falta un programa serio con credibilidad en el que la niñez y la juventud demuestren su grandeza, sea cual fuese la disciplina en competencia. Es cierto que hemos ganado últimamente varias sagradas medallas, tales logros se deben en un 80% al esfuerzo y pundonor de los propios deportistas y de sus padres. Una gran verdad.
Preguntamos a las autoridades si ya se han sacado la venda de los ojos sobre la infraestructura deportiva que tiene Guayas, destruida hasta en sus caminerías de ingreso.
En el fútbol no caben las mentiras ni se asocia con la política. ¿Se cambiará la mentira por una verdad?... No más palabras... (O)