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La Bicolor por un momento se ilusionó. El gol de Diether Vásquez, tras una gran jugada de Catriel Cabellos, dibujó una gran sonrisa. A los 37 minutos. Una jugada que gráfica lo que es el Perú de Serna: saque largo de Amasifuén que le llegó a Cabellos luego de una desconcentración de la defensa colombiana y el de Racing inventó un sombrero y dejó solo a Vásquez.
Se ilusionó y después despertó abruptamente del sueño. Fue de la peor manera. Óscar Cortés puso el empate a los 45′, cuando todos estaban camino a los vestuarios. Esos goles que golpean anímicamente y a muchos -a Perú- los noquea. El segundo tiempo, la Blanquirroja más parecía un boxeador que intenta cubrirse para recibir menos golpes en la cuerda mientras reza con que pasen rápido los minutos. Y Cortés, tras un tiro de esquina, puso el 2-1 final, el golpe de KO.
Con dos partidos jugados, cero puntos, cinco goles en contra y apenas uno a favor, la esperanza de la selección se va diluyendo. Colombia y Paraguay, los rivales directos, se pusieron a cuatro puntos del equipo de todos en la tabla de posiciones del grupo A. La próxima fecha será el lunes ante los guaraníes en un duelo que puede sepultar toda opción. Este era una final y se perdió. A continuación brindamos lo que para nosotros serían las razones:
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Desorden en defensa, pecado mortal
Los equipos se arman de atrás hacia adelante, repiten los sabios. Y es así. Más allá de cuánto ataques o lo que generes, lo primordial en el fútbol es defender bien. Ya sea con o sin balón. Y esa es una dolencia que padece la selección peruana en el Sudamericano.
Con el resultado a favor, a falta de minutos para que llegue el descanso, Colombia encontró el empate de contragolpe. Increíble. Una pérdida en ataque de Bruno Portugal tras un pase hacia atrás muy despacio, el elenco cafetero inició la contra desde los pies de Puerta. El volante avanzó con el esférico por el medio. El único que saltó a intentar cortarlo fue Jack Carhuallanqui, pero su resistencia fue mínima, no fue capaz de cortar la jugada y quedó desparramado en el campo.
Puerta continuó, soltó hacia la derecha para Cortés, quien recibió, se acomodó y disparó cruzado ante la marca pasiva de Arón Sánchez y Catriel Cabellos. El capitán y más experimentado del equipo no puede mirar al delantero y darle tanto espacio dentro del área. Un concierto de errores que desencadenaron en el empate.
Secuencia del primer gol de Colombia:
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Sin ideas en ataque
Al segundo tiempo, Perú entró en shock. Aún aturdido por la igualdad. Y el ataque demostró eso. El equipo de todos apenas remató dos veces al arco rival y uno de esos disparos acabó en gol. Claro, te habla de eficacia. Pero también de falta de ideas a la hora de atacar.
La selección, con Cabellos como conductor, se cansó de dar pases hacia los costados o atrás en lugar de buscar el juego hacia adelante o el disparo de larga distancia. Casi nunca encontró a Portugal de cara al arco, mucho menos a Pineau que ingresó en su lugar.
Los minutos pasaban y la desesperación por empatar tras el segundo tanto de Cortés (74′) nubló peor al equipo nacional, al punto de que Cabellos dejó de transmitir seguridad con sus pases y entró en la zona de la imprecisión. Incluso en un par de jugadas fue a sacar el lateral cuando él debería recibir el pase. André Vásquez jugó un gran primer tiempo y en el segundo desapareció.
Cansancio físico, un factor determinante
Primero que nada, es necesario señalar que jugar dos partidos en 48 horas es inaudito. Más aún sabiendo que en las próximas 48 horas (lunes) el combinado patrio volverá a disputar un encuentro más. No hay tiempo de recuperación adecuado, mucho menos de intentar arreglar algunas fallas tácticas. Solo es descansar lo más que se pueda.
Y Perú sufrió las consecuencias. Los cinco cambios que se vio obligado hacer Jaime Serna fueron por problemas físicos. Las fatigas, los calambres, el propio cansancio hizo que la Bicolor no encuentre respuestas en la adversidad. Las piernas no daban para seguir corriendo, mucho menos para pensar con el balón en posesión. Colombia terminó más entero el partido, atacando y defendiendo.
Aunque también es un llamado de atención a la preparación física del equipo. Colombia también jugó el jueves y no sufrió tanto como la Blanquirroja.