Escándalo en Río de Janeiro. Debido a incidentes entre hinchas argentinos y agentes de seguridad brasileños, en una de las tribunas populares del estadio Maracaná, el partido entre Brasil y Argentina fue demorado por varios minutos.
Tan grande fue el problema que los propios jugadores de la selección de Argentina, con Lionel Messi a la cabeza, se acercaron hacia la tribuna para pedirle calma a sus hinchas ante el escándalo que se estaba produciendo.
Marquinhos, capitán de Brasil, también se acercó hacia el sector donde ocurría la pelea para tratar de poner paños fríos.
Al ver que los inconvenientes no se solucionaban, Lionel Messi le pidió a sus compañeros de equipo que abandonen la cancha del Maracaná, pues consideraba que no estaban dadas las garantías para que se desarrolle el juego.
Después de varios minutos, y con la llegada de más efectivos de seguridad a la tribuna, los jugadores albicelestes decidieron regresar al campo de juego para disputar el encuentro.
El choque comenzó a las 7:58 p.m (hora peruana), es decir, con 28 minutos de retraso (estaba programado para las 7:30 pm).