Se excedieron. La presión del hincha cusqueño pasó los límites tanto que, tras el final del clásico del sur, muchos se apostaron al borde del campo para proferir insultos contra sus propios jugadores. Un hecho que cayó mal en el plantel.
Uno de los más incómodos con la actitud del público fue el goleador imperial, Danilo Carando, quien no ocultó su desazón e hizo un llamado de atención.
“Entiendo el malestar, pero hay formas. No es posible que vengan a insultar. Hay niños en las tribunas. ¿Qué ejemplo les estamos dando? Incluso hay expresiones racistas. Si van a venir a insultar, mejor que se queden en su casa”, dijo el argentino.
El atacante manifestó que personalmente los insultos no afectan su rendimiento, pero dañan a su entorno familiar.
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“Jugué 500 partidos y, la verdad, ni escucho lo que dicen en las tribunas, pero cuando uno llega a casa mi nena (hija) me dice: ‘Papá, te dijeron esto o aquello’. En la tribuna hay familias de mis compañeros”, agregó.
Igual impresión tuvo el marcador derecho, Josue Estrada. “No se puede actuar de esa manera. Hay una incomodidad de todos. No pueden venir a restar”, dijo el futbolista.
Cienciano pudo igualar un partido que tenía perdido por dos goles abajo. Pese a la reacción, los hinchas despotricaron contra los protagonistas y en medio de insultos pidieron una purga en el plantel.