Final del primer tiempo en el Cilindro de Avellaneda. Un 0-0 discreto. Un plantel que hierve. Un partido que arde. El pitazo del árbitro Fernando Rapallini sonó como el campanazo del primer round entre los jugadores de Boca Juniors. La manga que conectaba la cancha y el vestuario ‘Xeneize’, entonces, no solo recibió una lluvia de insultos de la ‘Guardia Imperial’ sino que comenzaron a caer puñetes, patadas, piñas y papayas. ¿El reporte visual? Carlos Zambrano salió al segundo tiempo del partido con el rostro versión ‘Rocky Balboa’, mientras que Darío Benedetto no pudo ocultar el labio amoratado, el arañazo en el cuello, la oreja golpeada, la nariz enrojecida. Hubo quilombo, confirmó Morena Beltrán, periodista de ESPN, desde la escena del crimen.
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