Germán Alemanno llegó al Perú para fichar por la Universidad San Martín. En su primer año, el jugador que venía del Platense de Argentina conformó uno de los ataques más recordados del fútbol peruano en los últimos años. Junto a Héber Arriola y Pablo Vitti fueron fundamentales en el título santo de 2010.
Más de una década después, el exdelantero vive otra etapa de su vida, pero siempre ligada al fútbol. Alemanno, hoy con 38 años, echó raíces en el Perú. Formó una familia y, desde hace un tiempo, empezó su aventura como agente. Para contar mayores detalles sobre esta nueva faceta, el rosario conversó con La República.
—¿Cómo surge la idea de convertirte en agente de futbolistas?
—Siempre me ‘picó’ el bichito de las relaciones. Tuve siempre mucha facilidad para relacionarme con la gente y ayudar. Ya lo había pensado antes, pero cuando jugaba en Coopsol vi que ya no iba a seguir jugando profesionalmente por mucho tiempo más, estaba a punto de retirarme y lo terminé de decidir.
—¿Pasó por tu cabeza ser entrenador?
—Yo nunca quise ser entrenador. Uno primero tiene que ver para qué es bueno. A mí no me gusta tomar decisiones como lo hacen los entrenadores que tienen que elegir 11 jugadores. Para mí eso es imposible, no sería entrenador de fútbol jamás en la vida.
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—¿En qué consiste la labor de un agente?
—La representación de jugadores es ayudar a crecer al jugador. No es difícil, parece más complicado de lo que es. Cuando un jugador va a un lugar hay de por medio dinero, intereses, comisiones, etc., por lo tanto, se tiene que actuar siempre con la verdad ante todo. Disfruto mucho el trabajar de esto. Estoy haciendo el camino largo, no me interesa agarrar dinero rápido. Yo invierto tiempo y otras cosas que hacen que tenga credibilidad.
—¿Qué cosa es fundamental en la carrera de un agente?
—No se le puede mentir al jugador, no se le puede decir que va a venir un millón de dólares y en realidad hay 600 porque a la larga el futbolista se entera. Uno no traiciona por una cuestión de ética y de código que yo predico con la palabra. Así, uno genera un vínculo y credibilidad.
Hoy en día, son los mismos jugadores los que a mí me recomiendan con otros. Si yo traicioné a un jugador, cómo me va a recomendar. En el fútbol se sabe todo, pero que públicamente no se digan las cosas no quiere decir que no se sepa.
—¿Tuviste algún tipo de problemas con agentes durante tu etapa de futbolista?
—Yo me enteré de que cobraban dinero a mis espaldas, a mí me pasó. Me decían que cobraban comisiones de mi sueldo y aparte le cobraban una comisión al club. Esto me lo hicieron varias veces.
—¿Qué otras cosas incluye la función de un agente?
—Lo que uno tiene que hacer es apoyar al jugador en todos los momentos. Se tienen que cuidar sus intereses, es decir, “no quitar el hambre”. Cuando los chicos van creciendo no los puedes llenar de cosas materiales. Uno tiene que gestionar y seducir a los chicos para que se ganen las cosas por sus propios medios.
Yo le puedo comprar zapatos de fútbol a los 100 jugadores que represento. Pero de qué sirve tener esa cantidad de jugadores si no le pongo la atención o el tiempo que necesita el futbolista. No se trata de invadir la privacidad el jugador, sino leer bien los tiempos. Uno, como jugó, sabe cuando ‘apretar’, estar cerca o alejarse un poco.
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—¿Has tenido alguna complicación a lo largo de tu etapa como agente?
—Alguna vez un jugador se quiso ir de la empresa. Pero después tuve un montón de jugadores y de todos fui amigo. El día que no sea amigo de los jugadores no represento más. Uno tiene que estar en comunicación con la familia porque a veces no entienden por qué no juegan, sobre todo cuando son más chicos. Uno tiene que ayudarles a entender que son procesos y momentos que tardan.
—¿Y cómo es el trabajo de un agente con la familia de un futbolista?
—La familia es la familia y el representante es el representante. Son eslabones distintos de la cadena y hay un trabajo que se tiene que hacer por separado. A veces, los chicos y la familia creen que jugar el fútbol es fácil, y lo es, pero van a pasar más malas (situaciones) que buenas.
Uno tiene que estar detrás de los familiares y explicarles cómo son las cosas para ayudarlos a no convertirse en una carga para el jugador. Sin querer, a veces los padres se convierten en cargas de un deportista que ya tiene la presión de la hinchada y la de jugar. La familia tiene que ser una ayuda.
—¿Podrías mencionar a algunos de los jugadores a los que representas?
—Leonel Solis. Es un chico que estuvo varios años escondido, pero que es un crack y tiene para jugar en dónde sea. También el ‘flaco’ Vega y Jesús Castillo de Cantolao que creo que el próximo año puede dar el gran salto. Son jugadores espectaculares, pero que estuvieron deambulando en clubes en los que no se les ayudó a crecer. Hoy sí lo hacen y de gran forma.
Su paso como futbolista en el Perú
—¿Cuál crees que fue la mejor versión de Germán Alemanno como futbolista?
—La de San Martín. Nunca más encontré un plantel como ese, que jugaba a lo que yo quería jugar: con dos puntas. Después en todos los equipos a los que fui empezaron a jugar con 4-3-3 y mi puesto quedó obsoleto, no existió más.
Me costó mucho reinsertarme porque me ponían de enganche o en la ‘U’ que jugué de ‘9′. Siempre jugué de mediapunta con un delantero grandote adelante, que me aguante. En Central, Quilmes y San Martín jugué de eso.
—¿Todavía tienes comunicación con la gente de ese plantel campeón en 2010?
—Sí, claro, con la mayoría de ellos. Con Leao (Butrón), con mi amigo del alma Guillermo Guizazola, Pablo Vitti, Héber Arriola. Ese plantel era espectacular.
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—¿Es el ‘Maño’ Ruiz el mejor técnico que tuviste?
—Definitivamente. Hay dos tipos de entrenadores que yo veo en el fútbol de hoy. El que arma buenos equipos con base en el funcionamiento y el que arma grupos y planteles. El ‘Maño’ Ruiz armaba planteles y con eso se peleaba.
No tenía una forma de jugar, que era una locura, pero que tiraba conceptos de fútbol que hasta el día de hoy sirven. Si le preguntas a Aldo (Corzo) la cantidad de cosas que aprendió con el ‘Maño’ te dirá que son cosas que ningún otro entrenador se las hizo ver. El ‘Maño’ tiraba conceptos que te quedaban para siempre.
Su opinión sobre el tema Valera
—Hace algunas semanas se habló de un interés de Rosario Central en Alex Valera. Como hincha del ‘Canalla’, ¿te hubiera gustado verlo en el club?
—Obviamente. Es un ‘9′ que me encanta, pero el fútbol argentino es muy físico. Yo creo que él hizo bien en irse para esos lados (Arabia Saudita). El fútbol sudamericano es muy complicado jugarlo.
—¿Consideras que se manejó bien la salida de Valera de Universitario?
Cuando uno tiene un año muy bueno tiene que aprovecharlo. Aunque parezca raro, estas negociaciones son normales, pero quizás aquí nosotros no estamos acostumbrados. Cada uno cuida sus intereses, la ‘U’ lo hizo y Valera cuidó su momento y es válido. Tenemos que acostumbrarnos a estas negociaciones sacando más jugadores de los que sacamos hoy, así todos crecen.
Nuevos proyectos en marcha
—¿Cuáles son los próximos proyectos de Germán Alemanno?
—Estamos desarrollando en Perú algo muy lindo. Queremos crear algo distinto. No digamos que es lo mejor —eso después lo dirán las otras personas— sino que queremos hacer algo diferente. Ayudar al jugador en todos los ámbitos, hacerlo crecer y apoyarlo.
Queremos quitar el estigma de que el representante es un delincuente o que te va ‘morder’ la plata. Es un trabajo digno que tiene una retribución económica como todos. Es un grupo conformado por mi hermano Cristian Alemanno, mi cuñado Esthegus Mongrut y Kike Parodi, que es mi mentor. Queremos ayudar a que el fútbol peruano crezca.
Trayectoria Germán Alemanno
- Rosario Central (Argentina): 2004-2007
- Quilmes (Argentina): 2007-2008
- Platense (Argentina): 2009
- San Martín (Perú): 2010-2011
- Querétaro (México): 2012
- Cerro Porteño (Paraguay): 2010
- UCV (Perú): 2013
- Universitario (Perú): 2014-2015
- Coopsol (Perú): 2017