Desde hace varias décadas que el torneo argentino es una máquina de fabricar jugadores para exportar, y en la actualidad los resultados están a la vista: es el tercer país del planeta en cantidad de profesionales en el exterior. Sólo Brasil y Francia tienen más representantes a lo largo y a lo ancho del planisferio futbolero.
Actualmente, en la Superliga Argentina de Fútbol se destacan varios jóvenes que seguramente en algunos meses formarán parte de los mejores planteles del mundo. El ejercicio planteado es hacer un repaso por aquellos juveniles a los que los amantes de la redonda tengamos que ponerle el ojo para poder disfrutar de sus comienzos antes de que partan.
El límite de edad propuesto es el de 21 años. Antes de esa arbitraria barrera etaria hay un sinfín de profesionales ya establecidos y afianzados en la Superliga y en el exterior, pero hay que comenzar por el medio local.
Tal vez el último en sorprender a todos fue Benjamín Garré. El nieto de Oscar, campeón del mundo en México 86, es un zurdo encarador que tuvo un comienzo de carrera desordenado y parece buscar en Racing un lugar donde terminar de mostrar su talento. La polémica salida de Vélez, club donde se formó, y el paso por el Manchester City fueron sólo el inicio de un camino que parece ser prometedor.
Otro que, según la mencionada lógica exportadora, tendría las horas contadas en los estadios argentinos es Thiago Almada. El mediapunta del Fortín se afianzó de la mano de Gabriel Heinze y fue buscado por equipos grandes de Europa, pero el conjunto de Liniers consiguió retenerlo. Con una derecha exquisita y una personalidad que tal vez no corresponda a un chico de su edad, el Guayo se consolidó rápidamente en Primera y es uno de esos apellidos a seguir.
En el último campeón de la Superliga hay varios que ilusionan. Con varios partidos importantes en la espalda y muchos minutos con la Selección Sub 23, Nicolás Capaldo es quien lidera un grupo de jóvenes volantes que le pueden dar muchas soluciones a Miguel Ángel Russo. Tanto él como Agustín Almendra y Agustín Obando se pueden adaptar a varios puestos.
Hay dos grandes promesas en dos de los clubes más populares de Argentina que comparten un mismo obstáculo: la sobrepoblación de jugadores en su puesto. Se trata de Adolfo Gaich y Julián Álvarez. Ambos brillaron en las categorías menores junto al Bocha Batista y estuvieron a la altura cuando los necesitaron en sus respectivos equipos, pero todavía no lograron afianzarse en la titularidad. Pese a redondear un gol cada 130 minutos en la última temporada con San Lorenzo, el gigante no la tiene fácil con Adam Bareiro y Ángel Romero. Por su parte, el chico de River está por detrás de cuatro atacantes consagrados como Rafael Borré, Ignacio Scocco, Matías Suárez y Lucas Pratto.
La vuelta a los primeros planos de los combinados albicelestes hizo que varios jóvenes lleguen a oídos de los fanáticos argentinos antes de que sus equipos ganen un título o se pongan en boca de todos por una gran campaña. Aníbal Moreno (Newell´s), Nahuel Bustos (último goleador de Talleres en el pasado torneo con nueve gritos), Agustín Urzi (Banfield), Pedro De la Vega (Lanús) y Fausto Vera (Argentinos Juniors) se lucieron con la celeste y blanca y consiguieron hacerse de un nombre en la Superliga. Otros casos parecidos, aunque todavía con menos regularidad, son los de Maximiliano Romero (Vélez), Lucas Necul (Arsenal), Tomás Belmonte (Lanús) y Nahuel Barrios (Defensa y Justicia).
La dinámica de ventas masivas y constantes por un lado produce que los futbolistas de corta edad no logren generar ese arraigo o esa identificación con la gente, pero a la vez trae consigo muchas posibilidades para los chicos de las divisiones formativas.
Para finalizar no está de más mencionar a otros ‘Sub 21’ que generan esperanza entre los fanáticos argentinos, pero militan en el exterior. Exequiel Palacios con sólo 21 años y siete títulos en su palmarés (entre ellos la CONMEBOL Libertadores 2018) es tal vez el máximo referente, pero Leonardo Balerdi, Nicolás González, Ezequiel Barco y Nicolás Domínguez tampoco superan esa barrera de edad planteada en el principio y también se asoman como alternativas para Lionel Scaloni.
¿Cuándo se sabrá si esta generación de jugadores será de las mejores? Falta. Si bien era otra época en las que las ventas eran menos frecuentes, cuando Juan Román Riquelme, Walter Samuel, Esteban Cambiasso y Pablo Aimar, por nombrar una generación que luego triunfó, se lucieron de la mano de José Pekerman en Malasia 97, recién comenzaban a mostrar algo en sus respectivos equipos. Román había tenido un solo torneo como titular en Boca, el Muro todavía estaba en Newell´s, el Cuchu alternaba en el equipo B del Real Madrid y el Payasito era suplente en River. El tiempo se encargará de mostrarnos hasta dónde pueden llegar estos jóvenes talentosos.