El escándalo del verano, parcialmente olvidado por estos días, sigue su camino en la Justicia y se resolvería definitivamente durante este mes. Wilmar Barrios y Edwin Cardona, los futbolistas de Boca señalados como agresores de dos mujeres durante el verano, transitan por distintas instancias de sus procesos.
Por un lado, pierde fuerza la acusación de Katherine Alayo, quien concurrió al encuentro con los jugadores la noche del sábado 13 de enero. La modelo peruana había asegurada haber sido "vejada" por Cardona en su primera declaración oficial ante Prefectura, pero no concurrió a Tribunales a ratificar sus dichos pese a haber sido citada para ello en cuatro oportunidades.
Sin embargo, Alayo analiza por estas horas una oferta económica para desestimar su denuncia: se reunió en mediación civil con un abogado de los jugadores proporcionado por el club, perteneciente al estudio del vicepresidente xeneize Darío Richarte, y escuchó una cifra que deberá aceptar o rechazar antes del viernes 9. En caso de asentir, automáticamente se caerá el proceso penal y Cardona podrá liberarse de este aprieto.
Por otro lado, la denunciante Cintia Jiménez, quien asistió sábado y domingo, sí se mostró más firme a la hora de sostener sus versiones. Apuntando contra Barrios, contó que éste paró de agredirla cuando le dijo que estaba embarazada, y sus lesiones fueron acreditadas por el cuerpo forense como compatibles con su relato.
A la hora de ratificar su palabra en Tribunales, no se presentó en la primera citación por encontrarse de vacaciones, y ante la segunda envió un escrito en el que revelaba que se encontraba internada en el Hospital Pirovano por haber perdido su embarazo, dando a entender que ello se debió al estrés producido por la situación.
De todas formas, pese a la complicación que significaría para Barrios verse responsabilizado por la interrupción de la gestación de Jiménez, podría encontrar una salida. Es que la mujer, al enterarse del acuerdo ofrecido a Alayo, también acudió al ámbito civil y ya posee audiencia de mediación para el 8 de marzo.
La única traba, entonces, sería el bolsillo de los futbolistas: es que, si bien Boca aporta abogados, no lo hace con el dinero necesario para cerrar las mediaciones. De eso sí que los jugadores no podrían salvarse.