Real Madrid le ganó esta tarde a Gremio en Abu Dhabi y se consagró por tercera vez campeón del Mundial de Clubes, convirtiéndose así en el más ganador del certamen y manteniendo a Boca como el último equipo que le ganó una final. Casualidades, este 16 de diciembre se cumplen 10 años de la última vez que el Xeneize se midió mano a mano con los gigantes del mundo.
Hace exactamente una década, el conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo disputaba la tercera edición oficial del Mundial de Clubes, siendo el primer argentino en presentarse. Tras derrotar en semifinales a Étoile du Sahel, club tunesino campeón de la Liga de Campeones de la CAF, por 1-0 con un grito de Neri Cardozo, se volvía a ver las caras con el Milan de Carlo Ancelotti, a quien ya había derrotado en la Copa Intercontinental 2003.
Los de Russo llegaban a Japón tras un semestre complicado, en el que alternaron puntos muy altos, como el 6-0 a Banfield o el 4-0 a Vélez, con actuaciones flojas, como en la caída por 2-0 ante River en el Monumental. En cualquier caso, la salida de Juan Román Riquelme tras obtener la Copa Libertadores fue una ausencia que el DT no pudo terminar de reemplazar, al igual que la del Cata Díaz en el fondo, a pesar de dos apariciones que ya por entonces prometían, como la de Jonathan Maidana y Éver Banega a lo largo de aquel Torneo Apertura.
Ocho futbolistas del plantel italiano repitieron en busca de revancha, cinco de ellos, titulares en ambas ocasiones: Paolo Maldini, Gennaro Gattusso (actual DT del Rossonero), Andrea Pirlo, Clarence Seedorf y Kaká. Los otros tres fueron Filippo Inzaghi y Massimo Ambrossini, que estuvieron desde el arranque en el 2007 pero fueron suplentes en 2003, y, a la inversa, Cafú, que ingresó sobre el final en el '07.
El 4-2 final fue un resultado abultado, pero que fue producto más de la jerarquía que tenía Ancelotti a mano que del desarrollo del encuentro. Tras un primer tiempo parejo que finalizó 1-1 gracias a un tanto rápido de Palacio luego de que Inzaghi abriera el marcador, los tanos demostraron toda su potencia en el segundo tiempo: Nesta a los 5' minutos, Kaká a los 15' y Pippo, de nuevo, a los 25' cerraron la goleada que solo se vio opacada por un gol en contra de Ambrosini sobre el final.
La secuela de la desilusión fue el despido del entrenador, una decisión por la que Pedro Pompilio fue muy criticado, aunque también apuró el regreso definitivo de Román. Sin embargo, nunca pudo volver a sentarse en la mesa reservada para los mejores. ¿Regresará en 2018 de la mano de Guillermo Barros Schelotto?