La selección de Japón no pudo desprenderse del maleficio que le acompaña en la historia de las Copas del Mundo y volvió a quedar encallada en los octavos de final pese a merecer mejor suerte.
Dolorosa eliminación de nuevo. Tampoco a la cuarta fue la vencida. Tras dar el campanazo en Qatar 2022 ante Alemania y España, estuvo cerca de repetir ante la vigente subcampeona universal, Croacia, y se despide lamentando las ocasiones falladas y los errores en la tanda de penales... o los aciertos de Dominik Livakovic, convertido en un auténtico muro.
Por segunda vez el equipo nipón cae en la tanda de penaltis de octavos. En Sudáfrica 2010 sucumbió ante Paraguay tras acabar el partido y la prórroga con empate a cero. En Corea y Japón 2002, como anfitrión del torneo, se marchó al caer frente a Turquía (0-1) con un gol de Umit Davala y en Rusia vivió un carrusel de emociones ante Bélgica, a la postre tercera, tras ir ganando por 2-0 y encajar un tanto en el último instante de la prolongación (2-3).
Ahora la historia no fue distinta. Japón se puso adelante gracias a Daizen Maeda, pero Iván Perisic fue el encargado de poner la igualdad. Hubo prórroga y luego denifición por penales. Los jugadores japoneses no tuvieron suerte frente al arquero Dominik Livakovic.