El asesinato de la joven Mahsa Amini por parte de la llamada Policía de la Moral de Irán, debido al supuesto uso incorrecto del hiyab, desencadenó protestas masivas en el país islámico. Estas encontraron solidaridad en el delantero Sardar Azmoun, quien jugó este martes en el empate de su selección nacional contra Senegal por amistoso internacional.
“No puedo quedarme callado y, si el castigo es ser expulsado de la selección nacional, es un pequeño precio a pagar por un solo mechón del pelo de una mujer iraní. Deberían avergonzarse por la facilidad con la que pueden asesinar a una persona. Larga vida a las mujeres iraníes”, había escrito el jugador del Bayer Leverkusen días atrás en su cuenta de redes sociales, aunque posteriormente el mensaje fue borrado.
Previo al duelo ante el combinado africano, en el que Azmoun inició como suplente, sus compañeros titulares salieron al campo con casacas negras que cubrieron por completo el escudo de su federación. Este gesto fue interpretado por un sector de la hinchada como una muestra de rechazo hacia la represión ejercida contra los manifestantes que salieron a las calles para reclamar por la muerte de Amini.
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El partido finalizó 1-1 con un gol precisamente de Sardar Azmoun. El futbolista de 27 años igualó el marcador a los 64 minutos con un remate de cabeza, pero decidió no festejar su tanto.
A las afueras del Motion Invest Arena de Viena, estadio en el que se jugó el cotejo, un grupo de residentes iraníes se congregó con pancartas para exigir la dimisión del presidente Ebrahim Raisi, a quien responsabilizan por la escalada de violencia que ya ha dejado 75 muertos, de acuerdo a los cálculos de la ONG Derechos Humanos de Irán, según recoge Deustche Welle.
A las afueras del estadio donde se jugó el Senegal vs. Irán, ciudadanos iraníes protestaron contra su presidente. Foto: Anne Béade/Twitter