La organización del Tour tuvo que pedir un permiso especial a la Unión Ciclista Internacional (UCI) para colocar la contrarreloj por equipos en la novena etapa. Existía el peligro de que se produjeran bajas, como así ha sido. No competirán los tres mejores especialistas por distintas lesiones: Tony Martin, con la clavícula rota; Cancellara, con dos vértebras fracturadas; y Tom Dumoulin, con una luxación de hombro. Orica, poseedor del récord de velocidad en la ronda (57,84 km/h en 2013) y favorito antes de sufrir varios percances, partirá con seis hombres y con Matthews con dos costillas fisuradas.
Entre los favoritos, Purito no dispondrá de Kozontchuk, lesionado, ni Paolini, excluido por su positivo con cocaína: “Se trata de una faena salir con siete en Vannes. Aunque nos faltará un ciclista importante como Luca, me preocupa más él que la crono. Pidió disculpas, cometió un error”. El líder, Chris Froome, vaticina “diferencias sustanciales”: “Con un trazado sinuoso y la necesidad de entrar cinco en la subida final, resultará decisiva. En Sky nos sentimos listos para la defensa del amarillo, pese a que el BMC de Van Garderen se encuentre cerca”. En los 28 km habrá tres subidas. Y desde las 13:00, los jueces inspeccionarán las bicis de contrarreloj.