Jason Pierre-Paul, defensive end de los New York Giants, perderá su dedo índice. Le será amputado debido al accidente que sufrió con un aparato pirotécnico en la celebración del 4 de julio estadounidense. C.J. Wilson, cornerback de los Tampa Bay Buccaners, ha visto como le amputaban los dedos corazón e indice por el mismo motivo. La fiesta de la independencia, este año, ha dejado dos notables víctimas en la NFL.
Lo que comenzó pareciendo algo leve se está convirtiendo, poco a poco, en una gran historia dentro de la liga de fútbol americana. El oscurantismo a la hora de contar que le sucedió a Pierre-Paul fue lo primero que nos tuvo que poner sobre aviso. No es normal que, en una competición seguida casi con microscopios, nadie tuviese información exacta sobre lo que le había pasado al jugador en el accidente. Con el paso de los días hemos sabido que se ha negado a recibir a los enviados de los Giants para ver como se encontraba y, ayer, Adam Schefter, de la ESPN, hacía público el informe en el que se explicaban las lesiones y se detallaba la operación en la que se le amputará el dedo.
Además, sufre quemaduras en el resto de los dedos y daños en los nervios, que no está claro como evolucionarán. Podría perderse, incluso, las seis primeras semanas de la temporada que, leyendo el informe, hasta parecen pocas.
El problema es que Pierre-Paul aún no ha firmado el contrato que tiene encima de la mesa y eso complica aún más la situación. El equipo de New York lo designó como jugador franquicia, lo que significa un sólo año por 14,8 millones de dólares. Esto molestó al defensive end porque quería un acuerdo a largo plazo y con mayor seguridad económica. Antes del accidente no había firmado la propuesta.
Esto no significa que vaya a perder ese dinero o que los Giants vayan a retirar la consideración de jugador franquicia. Si lo hacen, Pierre-Paul quedaría libre para firmar por cualquier equipo y, aún a pesar de la gravedad de las lesiones, no parece que vaya a tener problemas para encontrarlo. Aún así, la duda ya se ha planteado a todos los niveles en este caso.
Mucho más peliagudo es el caso de Wilson, del que no se supo nada hasta las últimas horas. El cornerback es un jugador poco menos que de relleno en la plantilla de los Bucs y este grave accidente, a buen seguro, hará su vida en la NFL aún más difícil.
La tradición de lanzar fuegos artificiales el día de la independencia norteamericana, el 4 de julio, se ha cobrado, este año, dos víctimas que recordaran la fecha para siempre. Su cuerpo nunca volverá a ser el mismo y su carrera puede que tampoco.