-Esta vez, no se produjeron diferencias entre los favoritos en el pavés.
-Me siento muy contento por mi rendimiento y el de mi equipo. Realmente hicimos un trabajo extraordinario durante todo el día. Además, salvé la etapa. A 25 kilómetros para la meta rompí la llanta de la rueda trasera y aguanté poco pude. Me dije: “Adelante, como sea”. Son las cosas de estas jornadas, que te pueden dejar eliminado cuando menos lo esperas. Afortunadamente, superé los tramos de pierdas sin problemas, aunque se me viera cortado unos segundos en el último. Quiero darle las gracias a Sagan, se vio perfectamente cómo condujo y cómo sacrificó sus opciones por mí. (El deterioro de la rueda era visible. Contador se la mostró en la meta a Sagan y su mecánico, Faustino Muñoz).
-El balance que extrae, ¿mejor que el de Huy?
-Sí, ya que fui relativamente cómodo a pesar de la avería. El día del Muro de Huy tuve buenas sensaciones, pero al final no pude responder, fue una situación difícil de explicar. Sobre los adoquines me encontré bien, así que estoy satisfecho por el resultado y continuar en la pelea.
-Froome también pasó con nota el pavés. ¿Le preocupa que le saque 36 segundos?
-Hombre, queda muchísima carrera por delante. Transmite una sensación de mucha fortaleza y, aunque ha completado dos grandes etapas, falta terreno para probarlo. Evidentemente, me gustaría meterle yo a él ese tiempo, pero en tres semanas de competición pueden ocurrir mil cosas y producirse mil variantes. Siempre comento que este Tour será de regularidad, de estar siempre en cabeza, y espero hacerlo bien en lo que resta por disputar. Después de la crono por equipos llegan los Pirineos, hasta entonces hay que recuperar para afrontarlos con optimismo.