En palabras de los propios favoritos, la jornada del pavés generó “más nervios e incertidumbre que cualquiera de montaña”. El miedo a un territorio poco conocido y la posibilidad de quedar eliminados de la pelea por el Tour movilizó a sus escuadras, que ubicaron auxiliares equipados con ruedas de recambio en los tramos de piedras por si ocurría cualquier percance. Además, el Movistar dispuso de la ayuda de técnicos de Canyon. Entre ellos, Erik Zabel, enlace de la marca y quien, como si fuera un navarro de toda la vida, lució también el pañuelo rojo de San Fermín.
Sky, Tinkoff y Astana montaron unos tubulares especiales de un fabricante francés artesanal. Movistar usó sus Continental, pero más gruesos. Todos pusieron doble cinta en el manillar e hincharon con menos presión, excepto Nairo Quintana, que pidió un poco más. Las bicis del Sky emplearon amortiguadores traseros, novedad introducida esta temporada durante las clásicas y el día de la Finestre, en el Giro. Contador se pasó al cambio electrónico (únicamente lo lleva en cronos) y metió material elástico para acomodar horquillas y sillín. El madrileño, Nibali y Purito cambiaron de bicicleta antes de los primeros sectores de pavés.