La situación financiera de Grecia está centrando la atención mundial en estas últimas semanas. Los bancos en el país heleno continúan cerrados y el pasado domingo sus ciudadanos votaron no en el referéndum que consultaba a los griegos sobre las últimas propuestas ofrecidas por la Troika. Días antes, el gobierno de Tsipras se quedaba sin pagar los 1.600 millones de euros que debía abonar al Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de que llegara a su fin el pasado 30 de jnio. Una hecho que molestó aún más a los acreedores del país del sur de Europa.
Dejado a un lado el drama económico y social griego, el diario 'The Wall Street Journal' se preguntaba hace unos días en uno de sus artículos como evitar la bancorrota de dicho estado. Y encontraba la respuesta en una hipotética ayuda de la NBA. En concreto, de los nuevos contratos firmados por los agentes libres en lo que llevamos de mercado. Y es que sólo con los más de 1.500 millones de dólares firmados en sueldos y renovaciones las 24 horas después de su apertura, Grecia podría haber afrontado su pago con el FMI. A día de hoy, dicha deuda podría haber sido saldada con creces: ya se han superado con creces los 2.200 millones de dólares (algo más de dos millones de euros).
Por el momento, cuatro jugadores de la Liga norteamericana han firmado nuevos contratos por una valor superior a los 100 millones de dólares. Son Anthony Davis (145), Damian Lillard (120), Marc Gasol y Kevin Love (110 para cada uno). Un hecho que refleja la buena salud financiera que vive la NBA (y eso que aún no ha entrado en vigor el nuevo acuerdo televisivo) en comparación con las penurias que sufre Grecia. Por el bien de su pueblo, urge buscar una solución, aunque lamentablemente esta no depende de las estrellas de la NBA.