El Betis comenzó a hacer una planificación clara de su plantilla deseada tras conseguir el ascenso e incluso trasladó a los descartes la postura del club sobre sus escasas opciones de tener protagonismo en el proyecto. Pero a pocos días del regreso a los entrenamientos, la problemática puede ser aún mayor dado que apenas se marcharon piezas del pasado curso y este lunes podrían ser 32 o 33 los futbolistas que se pongan a las órdenes de Mel para iniciar el trabajo.
No sólo preocupa que haya muchos nombres que no cuentan para el técnico, sino también un número demasiado amplio. “Quiero un plantel de 22 jugadores”, dijo al técnico antes de las vacaciones. Lo que la dirección deportiva refleja está muy lejos de esa realidad.
El problema puede ser a nivel legal. El club no podría obligar a los descartes a entrenarse al margen del resto de sus compañeros, algo que la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) vigila de manera estrecha. Según el organismo, el artículo 8 del Convenio y el Real Decreto 1006 prohíben expresamente estas prácticas y pueden llegar a una inspección de trabajo. Los futbolistas, eso sí, deben denunciar de parte. Juan Carlos Ollero, presidente del Betis, afirmó que no temen ese extremo pero la legislación está ahí y existen precedentes. El Recreativo fue multado hace unos años por esta razón.
En este sentido, el club se jugaría la baza de que los protagonistas no se encuentren fuera de lugar si se decide prescindir de ellos apartándolos de los entrenamientos. Eduardo Macià, mientras, acelera las posibles salidas. Ollero reveló que Chuli está cerca de irse al Almería traspasado.