05/11/2024

“Tras la carta, Ignacio Quereda se vengó de las jugadoras”

Jueves 02 de Julio del 2015

“Tras la carta, Ignacio Quereda se vengó de las jugadoras”

Teresa Andreu fue portera del Barça y ayudó a ‘legalizar’ el fútbol femenino en la RFEF. De 1980 a 1998 fue la presidenta del Comité del Fútbol Femenino. En 1996 ella entregó a Villar la carta en la que las jugadoras pedían la dimisión de Quereda.

Teresa Andreu fue portera del Barça y ayudó a ‘legalizar’ el fútbol femenino en la RFEF. De 1980 a 1998 fue la presidenta del Comité del Fútbol Femenino. En 1996 ella entregó a Villar la carta en la que las jugadoras pedían la dimisión de Quereda.

¿Qué ha sentido al ver la carta que usted entregó a Villar en 1996, en la que las jugadoras pedían la dimisión de Quereda?

Me he alegrado un montón. Yo no tenía la carta y lo que no sabía es que la tuvieran las jugadoras. A mí me la dieron para leer y la capitana se la dio a Nacho ese día que jugamos contra Suecia, después de la cena. Yo no tenía ninguna copia. Esta carta puede ser primordial porque una cosa es haberlo contado de palabra y otra es presentar la documentación.

Dice que las jugadoras le entregaron la carta después de la cena. ¿Qué dijo entonces Quereda?

No dijo nada. Bueno, a mí me dijo que no comprendía la actitud de las jugadoras. Nos reunió a la delegación, nos la leyó, se despidió y dio las buenas noches. Yo le dije que lo que decían era verdad y él me respondió que era una tontería, que eso era de alguien que había tenido la idea y le habían seguido las otras… Me contestó : “Yo voy a hablar con Villar, esto es una tontería, qué se han creído esas, si no van a conseguir nada…”. Vamos, el menosprecio de siempre. No le di importancia porque sabía que yo iba a Madrid el martes e iba a defender la carta a capa y espada, pero él fue a ver a Villar el lunes. Cuando yo llegué el martes hablé con el secretario general, estaba de acuerdo en que había que hablarlo y Villar dijo: ‘Venid, venid, pero ya he decidido que no se va a hacer nada’.

—Empecemos por el principio. ¿Cómo llegó Ignacio Quereda al cargo de seleccionador?

—Por desgracia fui yo quien lo nombró cuando entró Villar. Teodoro Nieto era seleccionador de fútbol femenino y de fútbol sala y no veía lógico que se ocupara de dos modalidades tan diferentes y así se lo hice saber a Villar. Yo pedí candidatos al Comité de Entrenadores de Madrid porque quería que el seleccionador estuviera en Madrid y me enviaron a tres y de los tres elegí a Quereda porque era el que parecía estar más comprometido con el fútbol femenino.

—Y le salió rana...

— Al principio todo fue muy bien, estaba muy integrado, era una persona amable, con ganas de hacer cosas. Pero al cabo de tres, cuatro, cinco años se empezó a torcer la cosa. Lo quería controlar todo. Ya no me gustaba cómo actuaba de cara a las jugadoras, todo eran chillidos, malos tratos a nivel psicológico y no me gustaba. Yo he sido jugadora (fue portera del Barcelona) durante 12 años y veía que ellas no conectaban con él. Y en un momento dado pasé el mismo incidente que se ha dado ahora con las jugadoras a su regreso de Canadá.

—¿Cómo vivió usted lo que las chicas contaban en la carta?

—Me ponía enferma. Un ejemplo, en un partido en Valencia íbamos ganando 3-1, haciéndolo realmente bien y en el descanso, como no estaban jugando como les había dicho, les metió una bronca enorme. Salieron atemorizadas y perdimos 3-4. Siempre después de los partidos entraba al vestuario a verlas y les pregunté qué había pasado. Y me respondieron: ‘Que nos ha metido una bronca tal que nos ha hundido psicológicamente y ya no dábamos pie con bola’. Hablé con Nacho, pero él respondió que era el seleccionador y que tenía el criterio de cómo se debía jugar. No eran solo las jugadoras las que aguantaban. También las secretarias... A todos los que estábamos a su alrededor nos trataba así. Yo intenté convencer dos veces a Villar para que Quereda se fuera y no lo logré. Me marché aburrida dos años después.

Eso en el trato, ¿y en lo deportivo?

No se reciclaba. El fútbol femenino estaba evolucionando muy rápido. Yo estaba en la comisión de fútbol femenino de la UEFA y veía que en toda Europa se estaba creciendo mucho. Él todos los partidos los planteaba igual, no se reciclaba, no hacía ninguna jugada estudiaba. Las jugadoras venían a la Selección y no les aportaba nada. Para mí el fútbol femenino ha sido una afición muy grande, lo levanté de la nada, intervine a la hora de ‘legalizarlo’ desde Cataluña, luego me nombraron presidenta nacional. Estuve 18 años en la Federación Española y 14 en UEFA, siempre en el fútbol femenino. Con Villar no tengo nada. Yo pedí una serie de cosas para el fútbol femenino y no aceptó y donde manda patrón…

¿Qué frenaba una y otra vez la marcha de Quereda?

Era muy amigo de Villar y el presidente es una persona que no quiere cambios, quiere personas fieles a él. Yo fui a ver a Villar el martes, pero Quereda había hablado el lunes con él y ya se lo había camelado. Gerardo González, el secretario general, estaba a favor de cambiar al seleccionador, pero Villar dijo que de ninguna de las maneras, que era una chorrada, que no quería ningún cambio, que seguiría con Nacho y que les dijera a las jugadoras que la Federación ya había tomado esta decisión.

¿Quereda debe irse sí o sí?

Hombre... No es que deba irse, es que ya tendría que haberse ido hace años A mí me ha afectado todo esto porque yo lo he vivido y no pude conseguir lo que ahora quieren las jugadoras. Y si lo hubiera podido conseguir, ahora estaríamos hablando de otra forma de la Selección.

¿Es optimista con que ahora Quereda deje la Selección?

Sí. Espero y deseo que esta vez Villar tome en consideración la petición de las jugadoras e incluso le dije a Vicente Temprado (actual presidente del Comité de Fútbol Femenino) que hiciera todo lo posible para ayudarlas porque se lo merecen. No comparto el procedimiento que han seguido las chicas, pero reconozco que era la única solución para que se hablara del tema. Hasta ahora nadie podía decir nada. Ahí está el ejemplo de Laura del Río, que protestó y ya no volvió más.

¿Aquella carta de 1996 tuvo consecuencias para las jugadoras?

Sí. Tras la carta, Quereda se vengó de las jugadoras porque la mayoría no volvieron. La que se la hacía no volvía. Por eso al final no se quejaban, bajaban la cabeza y se iban llorando de rabia a su habitación.

¿Esta vez las jugadoras lograrán que Quereda se vaya?

Espero y deseo de que Villar sea consciente de que el fútbol femenino necesita un cambio y que no espere demasiado tiempo en hacerlo porque eso parece de cobardes.

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