Seis meses de preparación se pondrán a prueba desde el próximo 4 de julio en 21 etapas y 3.360 kilómetros. Un recorrido que incluirá nueve etapas planas, 3 de montaña, 7 con final en puerto de montaña, una contrarreloj individual y una por equipos.
Nairo Quintana tiene al frente el reto para el cual lo dio todo en los últimos meses. El Tour de San Luis, la Tirreno Adriático, la Vuelta al País Vasco y los casi dos meses de acondicionamiento y puesta a punto en Colombia hicieron parte del preámbulo del Tour de Francia para el boyacense.
Pero también sus competencias y entrenamiento en el pavé en Flandes y E3 Harelbeke en donde pudo probar la dureza de este tipo de terreno que se encontrará en la cuarta etapa del Tour en un recorrido de 223.5 kilómetros. El pelotón encontrará el pavé o las calles adoquinadas en seis partes repartidas en 30 kilómetros.
Así mismo, dos días en los Pirineos acompañado por su compañero Imanol Erviti y José Luis Arrieta, director deportivo del Movistar Team que le permitieron ver una de las bajadas clave y uno de los ascensos en donde podría ser protagonista.
Según Nairo, pasar la primera semana sin contratiempos y tener piernas terminando la segunda será un gran aliciente para comenzar la tercera con todo el potencial. Ya el Tour 2013 dejó la estela del colombiano en las montañas francesas. Especialmente en Alpe d’Huez y Annecy-Semnoz en donde celebró la Independiencia de Colombia llegando en el primer lugar.
Los rivales
Precisamente esa actuación y su título en el Giro de Italia en el 2014 son las que lo tienen como favorito para la edición 2015 de la carrera ciclística más importante en el mundo y, aunque él mismo ha dicho que no, la atención está puesta en él.
Y es que sus rivales ya son ‘viejos zorros’ en la competencia. Sus nombres no solo generan respeto por el momento que viven sino por sus títulos, tanto Alberto Contador como Christopher Froome y Vincenzo Nibali han ganado el Tour de Francia.
Y el español y el italiano, han ganado, además, el Giro de Italia y la Vuelta a España. Por eso, el reto para Nairo se multiplica. Superar contendores de quilates, conocedores del rigor de las carreteras europeas y lograr pararse en el podio un escalón más arriba de ellos.
Sin embargo, tampoco podrá descuidar al español Joaquim Rodríguez, a los franceses Thibaut Pinot y Romain Bardet, el estadounidense Tejay Van Garderen, su compañero el español Alejandro Valverde y hasta a su compatriota Rigoberto Urán.
Etapas claves
Además de la etapa cuarta en la que el pavé podría poner en aprietos a varios ciclistas, las etapas que terminan en ascenso serán fundamentales para los que luchan por la camiseta amarilla.
Las etapas pirineicas, las 10, 11 y 12 que terminan en puerto de montaña, especialmente la doce que finaliza en Plateau de Belle, puerto fuera de categoría y la etapa 14 que termina en Mende, con un kilómetro a 10 por ciento de inclinación.
También las etapas de los Alpes en el final de la competencia comenzando con la 17 que termina en Pra Loup, la 19 que finaliza en La Toussuiere y la 20, el mítico Alpe d’Huez en donde Lucho Herrera y el mismo Nairo ya hicieron historia para Colombia.
La esperanza
“Sueño con amarillo como una novia lo hace con blanco”. Lo dijo Nairo en la rueda de prensa previa a su viaje a Francia. Hace días, en una entrevista al País de España, el boyacense explicó en qué ha mejorado con respecto a su nivel del 2013, “el manejo de la carrera, en la dirección del equipo, en economía de carrera, en saber olfatear los momentos, en saber trabajar como líder. Antes el equipo me llevaba, ahora tengo más control de mí mismo”.
Antes había dicho que si no se distraía y pensaba en otra cosa diferente al Tour, se iba a volver loco, por eso no lo había convertido en su obsesión, en la entrevista lo ratificó, “para mí no es una obsesión. Quiero ganar, me gustaría ganar, me he preparado para ganar. Lucharé hasta donde pueda para vencer. Y si no me sale este año, habrá más”.
Baja los ánimos de un país que está al tanto de su actuación y que desde el 2013 ha vivido su sueño con él, por eso dijo, “el fútbol no les salió como lo esperaban e inclinan su emoción hacia el Tour. El pueblo, mi padre, mi madre, todos quieren que gane, pero hay rivales muy fuertes, con más experiencia que yo. Y yo enfrío, recuerdo que una vez salió así, pero que todos los años son diferentes”.
Y añadió, “creo que tengo, y me siento con ellas, la capacidad y las posibilidades. Y por eso lo puedo decir. Otra cosa es lo que salga. Pero he trabajado bien, me siento bien. De aquí en adelante, lo que Dios quiera”.