2016 es año de elecciones presidenciales en los Estados Unidos, y como muchos ya lo sabrán, el miembro del Salón de la Fama de WWE Donald Trump no sólo se ha presentado como candidato en representación del Partido Republicano, sino que según los encuestadores, está entre los tres favoritos a convertirse en la máxima autoridad del país más poderoso del mundo el próximo 8 de noviembre.
Para quienes no lo conozcan, Trump es un exitoso empresario billonario que se hizo reconocido en el ámbito mediático gracias a su reality show The Apprentice, donde ofrecía 250.000 dólares y el control de una de sus tantas empresas al ganador del concurso, en el que participaban celebridades y donde Trump se daba el gusto, al fiel estilo del Sr. McMahon, de despedir por su cuenta a todos los participantes que no conseguían la hazaña.
Muchos lo conocerán por sus apariciones en la WWE durante el 2007, cuando venció a Vince McMahon en WrestleMania 23 —siendo representado por Bobby Lashley y McMahon por Umaga— en una batalla “cabellera vs. cabellera” con Stone Cold Steve Austin como árbitro especial, y terminó rapando al Chairman en vivo y en directo en el magno evento.
O quizá lo recuerden de la vez que “compró” Monday Night Raw —dentro la historia— en 2009, cuando por primera y única vez se realizó un episodio del show principal de la compañía libre de comerciales y con entrada gratuita, lo que hizo que el rating despegara hasta 4.8, el mejor dato que había cosechado un evento semanal de WWE en ocho años. Fue introducido al Salón de la Fama de WWE en el año 2013.
Trump nunca tuvo problemas en mostrar su actitud egocéntrica y un tanto arrogante en cámara, pero hace unos meses atrás sorprendió al mundo al incluir entre sus propuestas de campaña la imposibilidad de entrada del pueblo mexicano a los Estados Unidos a través de la frontera, señalándolo como el principal culpable del narcotráfico y la inseguridad. Lo mismo con los musulmanes, a quienes les prohibiría la entrada en base a la perspectiva de “terroristas” que tenía sobre ellos.
Como era de esperar, su postura fue muy criticada, pero su reacción no fue optar por la vía fácil y retractarse; en cambio, se mantuvo firme en su propuesta. Instantáneamente, Trump supo ganarse el odio y la oposición de los latinos. Varias personalidades de la lucha libre, incluido John Cena, se mostraron en contra de la excluyente postura de Trump, siendo Tigre Uno quien fue más allá y retó al billonario a subirse al ring de TNA con él.
Incluso se inició una movida de los fans para quitar a Trump del Salón de la Fama de WWE, con el argumento de que WWE había mencionado en un comunicado que no respaldaba a Hulk Hogan por sus comentarios racistas dado que no iba con el estilo de la empresa, pero la compañía hizo caso omiso cuando Trump hizo una de las suyas.
Sin embargo, WWE no movió un dedo respecto a la situación del billonario como miembro del Salón de la Fama. Resulta curioso que hace un año atrás, Hogan —una de las más grandes personalidades de la historia de la lucha libre— era despedido y ninguneado por la empresa como si de un don nadie se tratara, por un motivo similar. La diferencia estuvo, no obstante, en que Trump —un hombre cuyas apariciones en la WWE TV pueden contarse con una sola mano— promovió públicamente el racismo.
Podría decirse, incluso, que WWE intentó ayudar a Trump a limpiar su imagen. Esto agigantando su figura mediante las redes sociales, videos colgados en la red o en la misma televisión. Quizá muchos no sepan que el eslogan “Make Darren Great Again” —el mismo que se está utilizando para Darren Young— está basada en unas declaraciones del mismo empresario.
Muchos se preguntarán, ¿a qué se debe semejante apoyo incondicional? Otros ya sabrán la respuesta, y no tiene que ver con otra cosa más que con la relación entre Trump y Vince McMahon. Se trata de una amistad que viene de años y que el mismo Trump ha mencionado en entrevistas. Incluso, la misma Linda McMahon dejó claro en unas recientes declaraciones televisivas que creía que Trump “sería un buen presidente”.
La gran relación ha quedado reflejada en las sumas que la familia McMahon donó a la Fundanción Donald J. Trump: un total de 5 millones de dólares en los últimos diez años, por diferencia quienes más donaron en la historia de la Fundación, aún por sobre el mismo Trump, que en todo ese tiempo siquiera donó dinero, sino que se limitó a regalar cupones de sus hoteles y demás empresas.
“@iamDaveK: @realDonaldTrump first WWE Hall of Famer to become president?”
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 8 de abril de 2016
¿Será Donald Trump el primer miembro del Salón de la Fama WWE en convertirse en presidente?