Carlos Palomino dejó una huella profunda en el boxeo, pero gracias al trabajo duro también se abrió camino en Hollywood. Nacido en Luis de Sánchez Sonora en 1949, King Palomino fue el tercer hijo de una familia de 12 en donde el papá se dedicaba a la pizca de algodón.
Cansados de la situación económica de la familia – pues vivían en una casa de adobe sin servicios básicos - la madre de Carlos convenció a su marido de abandonar ese trabajo e irse a Estados Unidos, cosa que consiguieron tres años después ya con sus “green cards” en mano.
Palomino tuvo que mezclar sus estudios con trabajo, para poder apoyar a su familia y fue soldador y más tarde se unió al ejército durante la Guerra de Vietnam en donde descubrió el boxeo y aunque fue amor a primera vista y tuvo los méritos no pudo representar en los Juegos Olímpicos a Estados Unidos por no ser ciudadano.
Ya fuera del ejercito Palomino decidió debutar en el boxeo y en su primera pelea ganó solo 80 dólares. Sin embargo, cuatro años después estaba disputando su primer campeonato mundial, que conquistó con un nocaut en 12 rounds sobre el inglés John Stracey y defendió su corona siete veces hasta que se enfrentó a Wilfredo Benítez en el 79.
Su amor por el boxeo comenzó a tambalear ese mismo año pues volvió a tropezar ante Roberto Duran y luego se retiró por 17 años en los que comenzó a enfocarse en su otra pasión, la actuación.
Participó en La Isla de los Vivos, en Detonador, Golpe y Traición, Buck Rogers, Highway to Heaven, Knight Rider, Hill Street Blues y hasta en un episodio de la serie policiaca NYPD Blue, así como comerciales.
Sin embargo, ese retiro duró sólo 17 años y con la promesa de hacer un millón de dólares, regresó para hilar cuatro victorias por nocaut que apenas lo llevaron a alcanzar los 150 mil dólares. Su última pelea fue la derrota ante Wilfredo Rivera en 1998 en el Olympic Auditorium de Los Ángeles.
Carlos “King” Palomino dejó un récord de 31-4-3 con 19 nocauts y fue ingresado al Salón de la Fama en 1999.
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