La carrera de Súper Muñeco dentro de la lucha libre es una de las más populares y exitosas que se recuerdan; con su famosa máscara de payaso, conquistó las arenas de México convirtiéndose en uno de los consentidos del público; sin embargo, su historia pudo haber cambiado cuando en su juventud pensó en quitarse la vida debido a un mal de amores.
En diálogo con El Blog de la Lucha Libre, Súper Muñeco recordó que siempre fue un joven muy tímido que le costaba entablar diálogo con las mujeres, hasta que conoció a María de los Ángeles, con quien entabló una relación cuando ambos se encontraban en la preparatoria.
“Yo tenía una novia en la preparatoria 7, muchos saben de ella, se llama María de los Ángeles. Yo soy un tipo muy retraído, me daba miedo acercarme a las niñas de aquel tiempo, tenía yo entre 19 o 21 años, me acercaba a las hijas de los promotores y les decía ‘oye, ¿quieres ser mi novia?’ y me rechazaban. Llego a la prepa, conozco a María de los Ángeles y se hace mi novia, me dice que ‘sí’”, recordó.
LA RUPTURA Y LA DEPRESIÓN
Fue María de los Ángeles quien junto a su pasión por los payasos inspiraron el personaje de Super Muñeco, dado que en ese entonces luchaba con el nombre de su papá, El Sanguinario Jr; después de que ella le recomendara buscar un nuevo personaje inspirado en un payaso, terminaron su relación sin darle explicación alguna.
“Me hacen la máscara, le tomo fotos y las llevo con María de los Ángeles y como un hada madrina me dijo: ‘vas a llegar’, así me dijo y me quedé sorprendido, nunca pensé que me vaticinara que me fuera hasta arriba, me da la foto, me abraza y me dice ‘mañana nos vemos’, pero ese mañana nunca llegó”, lamentó.
SU INTENTO DE SUICIDIO Y EL ÁNGEL QUE LO SALVÓ
Después de su debut un 22 de marzo de 1982 como Super Muñeco, la depresión por haber perdido a María de los Ángeles era más grande que su pasión por la lucha libre, por lo que sin pensarlo dos veces, subió a un puente para quitarse la vida lanzándose a los autos; sin embargo, un hecho al cual nunca le encontró explicación, le salvó de morir.
“Me rompe el corazón y cada vez que luchaba yo me quería matar. Me dan la oportunidad en el Pabellón Azteca, gano mi primera cabellera y ese día me vengo caminando desde Tlalpan, venía pensando en el amor que ya no tenía de ella; había un puente en Pino Suárez y me subo, yo me iba a matar, me iba a aventar contra los carros y cuando me subo al barandal para aventarme, alguien me toma y me dice ‘no es tiempo’, volteo y no había nadie en el puente, es una de las cosas más extrañas que me ha pasado. Me dio miedo”, recordó.
La vida después le comenzó a sonreír y encontró su mayor pasión dentro del pancracio: “después de eso empecé a viajar en avión, empecé a conocer toda la República Mexicana, desde Tijuana hasta Mérida, viajar mucho, conocer gente. Todos tenemos un destino y el de Súper Muñeco ya estaba escrito así”.