“Soy el rudo número uno de México, le pese a quien le pese y le pesa a todos”... Palabras con las que se presenta uno las leyendas de la lucha libre en México, Daniel López El Satánico, quien tras ese rostro duro, dejó al descubierto al ser humano humilde, sencillo, carismático y muy alegre, una personalidad completamente diferente a la que se observa arriba del cuadrilátero, donde es odiado por unos y amado por muchos.
Dentro de su hábitat natural, la Arena México, recibió a MILENIO-La Afición con su programa “Sin Máscaras” donde el ícono del pancracio en México y en el mundo reveló que los “sueños se cumplen”, pues en su juventud era fanático de los filmes del Santo. Cada que veía alguna de sus películas, Daniel se imaginaba enfrentando al Enmascarado de Plata, anhelo que lo llevó a incursionar al deporte de los costalazos, donde hoy es un ídolo.
“En los sesentas mi ídolo era el Enmascarado de Plata, El Santo. Yo fui un aficionadazo a sus películas, fueron icónicas y lo siguen siendo. Yo soñaba con enfrentarlo algún día. Yo salía de ver sus películas en el cine y me iba caminando a mi casa allá en Guadalajara y toda la avenida me iba caminando porque ya no alcanzaba camión ya que me quedaba hasta la última función e iba pensando: 'Si yo fuera luchador, yo agarraría al Santo así, lo agarraría de esta otra forma' y es lo que es lo que siempre he dicho a los muchachos, los sueños se cumplen, se hacen realidad. Yo encaré al Santo, yo que lo veía en sus películas y que soñaba luchar con él, luché nada más cinco ocasiones con el Enmascarado de Plata, pero mi sueño se hizo realidad”, explicó El Satánico con una enorme sonrisa revelando que cumplió con las llaves que pasaban por su cabeza cuando salía del cine: “Sí, claro que sí, no más que con ayuda de otro porque en las primeras me dio unas bailadas pero bonitas. Al Santo lo veías enorme arriba del ring, estaba de mi estatura, un poco más ancho, pero arriba del ring era gigante y más porque era mi ídolo, pero al verlo de mi tamaño decía: ‘claro que puedo, pero el señor tenía una enorme experiencia, aunque la satisfacción de encarar a mi ídolo que salió de la pantalla y lo tuve enfrente de mí nadie me la quita”.
El Diablo Velasco lo consideró nocivo
En su juventud, Daniel López fue rebelde y como él dice ‘siempre fui un chavo muy disciplinado’, en forma sarcástica, ya que recordó que la indisciplina lo llevó a que su mentor, el Diablo Velasco lo corriera en diversas ocasiones de su gimnasio, pero luego de varios jalones de orejas aprendió la lección para hoy ser quien es, una leyenda de la lucha libre.
“Busqué dónde entrenar y doy con la mejor escuela y el mejor maestro de lucha libre hasta la fecha: Don Cuauhtémoc Velasco Vargas, alias el Diablo Velasco. Voy a su gimnasio, se llamaba Atlético Marina y de ahí se pasa a la Arena Coliseo de Guadalajara. Durante cinco años entrené con él, de los cuales me corrió cuatro veces porque era muy disciplinado.
“En ese tiempo él daba siete clases al día, desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche, ahí se la pasaba, desayunaba, comía y cenaba, ya nada más le faltaba dormir ahí. En esa ocasión llegué y tenía como 60 elementos en su clase, yo tenía tiempo que no me paraba en el gimnasio. Llegó, y en cuanto me vio me paró en seco y me dijo: ‘alto, ¿qué quieres?’, y yo, ‘pues quiero venir a entrenar’; y me contestó: ‘tú no sirves para esto, ¡lárgate¡ No te quiero aquí, tú eres nocivo para mis elementos’, esa palabra me cayó de golpe y porrazo".
“Cuando terminó la clase le pedí disculpas y lo convencí y me dijo: ‘te voy a dar la última oportunidad, si vuelves a irte, no te quiero aquí’, y y creo que eso fue el jalón de orejas más severo, porque entendí y me metí de lleno".
“Al año cuatro meses de haber debutado me mandan a México, cosa que para mandar un elemento de Guadalajara a México tenían que pasar tres años, se puede decir que no le sufrí en el preliminarismo en Guadalajara, esto lo digo porque algo vieron en mí, mi entusiasmo, las ganas que yo tenía, no quería defraudar al profe, no quería defraudarme a mí mismo, entonces eso fue parte de las ganas que tenía de hacer algo en la vida y hasta la fecha lo sigo siendo”.
Cifra
49 años tiene que debutó como luchador y hoy es mentor de lucha libre para el CMLL en la Arena Coliseo de Guadalajara.
FCM