Ante ese ordenador de bello fondo de pantalla, concentrado, sonriendo, buscando las mejores preguntas para elegir las respuestas más interesantes. Así se imagina uno al piloto de F-1 ante una entrevista diferente. Así fue...
Y la cosa es que bien, ya sabemos más cosas, aunque algunas ya eran conocidas. Por ejemplo que Fernando Alonso es alérgico al polen, que apenas pasa dos semanas al año en Asturias sumando todos los días, que ama Japón y su ciudad favorita de lejos es Tokio, que sigue 'Breaking Bad' en la tele o que su rival más duro de siempre ha sido Michael Schumacher. Por ejemplo. Y que vuelve a tener cuenta en Instagram: FernandoAlo_oficial.
Pero hay más. Seis mil preguntas en una tarde le enviaron al piloto asturiano por Twitter, la red social en la que cuenta con 2,27 millones de seguidores. Le preguntaron, por ejemplo, por su felicidad: “9,5 de felicidad”. Y después por las razones: “Soy piloto de F-1, tengo dos títulos, unos amigos y familia maravilloso y la felicidad es una elección en la vida”
Hubo otra en ese sentido: ¿Estás viviendo un buen momento?
“Sin duda, no uno de los mejores, el mejor de mi vida”. Quizá tenga que ver en eso una chica llamada Lara. ¿Qué significa ahora mismo para ti Lara Álvarez? Respuesta: “Vida”.
Por supuesto le preguntaron por su supuesta mala suerte eligiendo equipos. Es que mejoran cuando te vas, dijo alguien. Y respondió: “Subcampeón del mundo en 2010, 12 y 13, no entiendo lo de que siempre mejoran”. Y en el presente, ¿merecerá la pena el proyecto McLaren Honda? “Merecerá la pena, llevamos solo ocho carreras en un proyecto que empieza de cero, somos impacientes”. La paciencia, esa palabra por la que también le preguntaron al astur: “Creo en aprender de todas las situaciones. Si pasa algo es para enseñarte algo”.
Quizá esa frase la haya leído en ‘La voz de los sabios’, de Elena García Quevedo, el último libro que contó se ha leído el español. Antes también lo hizo con 'Open, la biografia de Agassi', escrita por el periodista estadounidense J. R. Moehringer. De ahí quizá le venga la idea que tiene de escribir (o contar, como el tenista) un libro (“sí, será divertido”, explica).
Son reflexiones de un tipo especial, orgulloso de lo que ha conseguido: “De los karts he llegado a la F-1, Renault, Ferrari, McLaren-Honda. He ganado dos títulos. No me atrevo a cambiar nada”. Aunque también, además de las 24 Horas de Le Mans, le llama la atención otra leyenda: “500 Millas Indianápolis, ¿Quién sabe? Es una de las carreras más grandes, muy atractiva para cualquier piloto”.
Eso en esta vida, en otra que hubiera tenido, habría querido ser ciclista. Confesiones de un campeón que, en una entrevista con un reportero una vez dijo que necesitaba la victoria para ser feliz. ¿Será ese 0,5 que le falta? Quizá…