Hace ya un tiempo que entre los peleadores de la escena local de las artes marciales mixtas (MMA), el tartagalense Esteban Ribovics, de 26 años, se ganó las miradas de todos, y es señalado como una de las promesas de ese deporte. Ahora, el Gringo, como lo apodan, tiene una chance para confirmar que está destinado a una carrera en UFC.
El salteño peleará esta noche ante el inglés Thomas Paull, en una pelea en la categoría liviana en el reality Dana White’s Contender Series. Este es un programa de TV que organiza Dana White, CEO de la empresa, donde si logra concretar una buena presentación en el Apex de Las Vegas lo espera un contrato por varias peleas.
Un verdadera “máquina” invicta, Ribovics está 10-0, con todas sus peleas ganadas antes de la definición de los jueces (cinco sumisiones y cinco nocauts). Y su récord no es un adorno, lo ayudó a conseguir esta chance en el programa que funciona como semillero de UFC.
Hace dos meses que se fue del Alfa Team de Córdoba a Sanford MMA, en Miami, Florida. “Varias personas me ayudaron, entre familia, amigos y sponsors. Todos aportaron un poco para que yo pueda cumplir esto”, contó Ribovics sobre cómo se bancó el viaje y la estadía.
Su colega Emiliano Sordi, ganador del cinturón y el millón de dólares en PFL en 2020, con quien vive en la actualidad y a quien conocía de Córdoba, le ayudó a obtener esa chance. Le habló a su mánager, el conocido Ali Abdelaziz, sobre el Gringo.
El peleador invicto ganó en tan solo 27 segundos, con un derechazo infernal. Ahora se probará en UFC.
“Vio mis últimas dos peleas y le gustó. Me apoyó, me dijo si quería que lo represente y me consiguió la oportunidad. Me dijo si quería entrar al Contender y le dije que sí. También todo por mi récord, si no tenés un buen récord no te van a llamar. A Dana White le tiene que gustar los prospectos”, detalló el salteño.
La última pelea de Ribovics la ganó en febrero de este año ante Franco Aranda en Samurai Fight House, con un nocaut en 27 segundos. Y la anterior fue en diciembre de 2020 en tan solo 7 segundos, para obtener el título de FFC (Fusion Fighting Championship) en Perú.
Si bien esto no deja de ser algo bueno, y la contundencia se celebra, también podría traducirse en que llega a un choque trascendente con muy poco tiempo de jaula en los últimos años.
Por último, Ribovics analizó la “presión” que tendrá para la pelea de hoy: “Tengo un par de amigos que me apoyan, la familia y mi propio coach (Rubén Fini). Es la persona que más me ayuda con la cabeza, la parte ontológica. Pero después, trato de verlo como si fuera una pelea más. Sea en Buenos Aires, en Perú o acá, trato de sentir la misma presión siempre, más allá de que ahora sí está en juego mi contrato. El hecho de estar ahí ya cambió mi vida, pero si gano el contrato cambiaría mucho más. Voy a salir igual, a arrancarle la cabeza al otro”.
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