A los 31 años, y después de labrar una extraordinaria carrera como waterpolista llena también de obstáculos, Blanca Gil se retira de la alta competición. La exinternacional española tiene un palmarés personal inigualable aún a día de hoy. Fue nombrada en tres ocasiones la mejor jugadora del mundo (2005, 2007 y 2008) y logró ser la máxima goleadora europea en dos años consecutivos (2007 y 2008).
La mayor parte de su carrera la desarrolló en Italia, en las filas del Catania, club dominador del waterpolo europeo en la pasada década y con el que logró levantar en dos ocasiones el título de la Euroliga. Antes de que la brillante generación del waterpolo español comenzara a cosechar éxitos, Gil puso su grano de arena en el Europeo de Málaga de 2008, cuando las Jennifer Pareja, Laura Esther o Maica García (estas dos últimas apenas debutantes) se colgaron la plata europea y empezaron a sembrar triunfos.
Boya de raza, posición de lucha, brega y carácter, las mismas cualidades que ha tenido que demostrar en su carrera para superar contratiempos. En 2009 padeció un cáncer de útero que logró superar y volver a la competición, pero unos problemas legales en su traspaso del Catania al Pro Recco le provocaron una sanción de dos años. Regresó en 2013 pero, dos años después, cuelga el bañador. Se retira a Mallorca, a disfrutar de su familia, pues ya es madre.