—No sé si Travis Pastrana es capaz de vivir sin un motor cerca.
—Sería muy difícil. Desafiar las leyes de la gravedad y el riesgo forman parte de mi vida.
—Todo nace en el motocross. Pero después ha probado la Nascar, los rallys, el freestyle. ¿Cómo ha sido ese viaje?
—Siempre he amado la competición, no importa de qué tipo. Da igual si es con un balón, en natación, en motocross... Siempre intento ser mejor que la gente que tengo alrededor, trato de ganar. Intento ser el mejor en cualquier cosa que vaya rápido, que lleve implícito el riesgo.
—Al echar la vista atrás en su currículo, hay un accidente que destaca: el Triple Crown en Lake Havasu 1999. (Un salto de más de 35 metros en el que no alcanzó la altura requerida; al caer, se le separó la espina dorsal de la pelvis, lesión que, por lo extraña, tiene a Pastrana en los libros médicos. Lo dejó en coma dos semanas y en silla de ruedas, tres meses).
—Siempre quise montar en moto y fui consciente del peligro que entrañaba. Aquel accidente lo sufrí con 16 años, fue terrible. Desperté dos semanas después en la UCI, habiendo perdido mucha sangre, me hicieron seis transfusiones. Al final del día, la segunda vez en que desperté, sabía lo que había hecho mal... pero quería volver a intentarlo.
—Es decir, que le hizo más fuerte. No le hizo desistir...
—Por supuesto. Mucha gente, cuando se lesiona, piensa en no intentarlo de nuevo, pero yo no. Yo, cada vez que me he lesionado, no importa el qué, estoy impaciente por volver.
—¿Cómo explicaría al aficionado español por qué debe acercarse el viernes (entradas a la venta en www.ticketmaster.es) a ver en Rivas el show de Nitro Circus?
—Es el mayor espectáculo del mundo en deportes de acción. El aficionado va a ponerse de pie, no dejará de aplaudir o de chillar, y al final del día verá que ha merecido la pena. Es una locura, es muy difícil de explicar, así que lo mejor que pueden hacer es ir al pabellón. Si no estás allí, nunca lo entenderás.
—¿Algún piloto al que le gustaría enfrentarse?
—Lo que a mí me gusta es competir, da igual el rival. Si compito en carreras, soy feliz, si lo hago en Nitro Circus, también. Todo eso me motiva y emociona. Lo que me llena es rivalizar con todos esos colegas que también participan en el evento.
—No sé si desde que fue padre hay cosas que se las piensa dos veces. Y no sé si el hogar de los Pastrana, con usted y su mujer, Lyn-Z (que participa en skateboard en Nitro Circus), es un hogar seguro...
—¡No, es una casa muy peligrosa! Pero a la gente le gusta venir. Nos conocen, saben que formamos parte de un evento de riesgo y espectacular, lleno de ingredientes apasionantes. Están acostumbrados.
—Ha sido capaz de hacer el doble backflip, el 360, el Rodeo 720... ¿Nuevos retos?
—Sí, seguro. Por ejemplo, el triple backflip. Tienes que seguir mejorando. Tengo dos hijos, mujer, y me apasiona mi trabajo. Y lo voy a seguir haciendo, el objetivo no es otro que superarse. Es lo que esperan de mí.
—La última pregunta: ¿para usted significa algo la palabra miedo?
—Claro que tiene un significado. El miedo es lo que hace que sigas adelante, que vuelvas a intentarlo, lo que te empuja a hacer cosas que pueden incluso lesionarte, o matarte. El miedo es lo que hace la vida excitante.