Encarar la muerte siempre será un tema serio, pues el que recuerda tiende a saberse mortal, débil, próximo al final. Sin embargo, el que recuerda también tiene tiempo para el juicio del ausente, para dar rienda suelta a la nostalgia del que se nos adelantó en la brega que hemos de seguir.
Hoy, 25 de noviembre, los rotativos informativos del estado de Tabasco confirman el fallecimiento de don Pedro de la Cruz Juárez, mejor conocido en la lucha libre como Cadáver I, victima de un padecimiento en el estomago que ya le venía aquejando de meses que lo dejó sin vida la noche de ayer martes 24.
El luchador deja un legado impresionante pues llegó a gladiar con la crema y nata de la lucha nacional desde principios de los setentas. Hablamos, claro, de gente como Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, los herederos de los dos primeros hasta las generaciones actuales como La Parka. Cabe mencionar el caso de Canek, pues don Pedro no sólo lo enfrentó sino que fue pieza fundamental del llamado Príncipe Maya, ya que le impartió sus conocimientos desde temprana edad y le ayudó en su debut.
Don Pedro fue inspirado de chamaco por Halcón Blanco, comenzando en la lucha bajo el nombre de Látigo Negro. La visión del también campechano Rayo Vengador lo mandó al bando rudo con el tétrico nombre de Cadáver. Un recorrido por la carrera del Cadáver I no estaría completo si no se menciona su equipo: “La Dinastía Maldita”, quienes fueron, primero Cadáver II y Cadáver III, y posteriormente sus hijos: Cadáver Jr. e Hijo del Cadáver (hoy Cadáver I y II). De hecho, con la primera conformación don Pedro pisó la capital de la República, trabajando a mediados de los ochenta en la empresa del Pavillón Azteca, donde comenzaron una rivalidad que duraría años con el trío Fantasía.
La tarde del 14 de julio de 2004, en un rebosante Palacio de los Deportes de Tabasco, Cadáver I tenía el compromiso más importante de su carrera, enfrentado en un duelo de identidades al ídolo nacional, Súper Muñeco. La lucha fue salvaje y al final, el creador del estilo fantasía salió con la mano en alto, y dando a conocer un rostro de una persona adulta, pero con bríos, pues su carrera no terminó esa noche, todavía siguió haciendo equipo con sus hijos unos años más, nunca dejó la lucha del todo, siempre en el gimnasio corrigiendo y enseñando a las nuevas generaciones, mostrando valores.
Mañana jueves 26 a las 8 de la mañana se estará llevando a cabo una misa de cuerpo presente en la Iglesia El Señor de Tamulté y Gran Poder, en Villahermosa. El sepelio será a las 10 en el panteón de la Col. Sabinas de la misma ciudad.
Los hombres pueden dejar este plano, pero sus acciones se quedan para los que las presenciaron o para los que nos enteramos de ellas. Descanse en paz el gran rudo tabasqueño. Adiós Cadáver I.