Héroe goleador, como tantas otras veces, David Villa encontró un villano en el exbético Damien Perquis, conocido en su desgraciado paso por Heliópolis por los constantes líos de lesiones, enfrentamientos con rivales y alguna rajada ante la Prensa. Villa había hecho los dos goles para la victoria del New York City en Toronto (0-2) y nada más terminar el partido incluso se intercambió la camiseta con Perquis.
Instantes después de ese fraternal acto, el ex jugador del Betis corrió hacia el lugar del campo donde Villa y sus compañeros celebraban el triunfo. Antes de que pudiera agredir a algún futbolista del City, varios compañeros del Toronto le agarraron. Villa no recibió ningún golpe, aunque Josh Sounders, portero neoyorquino, no corrió la misma suerte cuando intentaba apaciguar los ánimos.
La MLS (Major League Soccer) norteamericana ya baraja la posibilidad de sancionar a Perquis, que no parece haber cambiado la especial personalidad que impidió, aparte de varias lesiones aparatosas, que triunfara en el Benito Villamarín.