Nadie podía pensar que el protagonista absoluto del Argentina-Jamaica que selló la clasificación como líderes de grupo de los argentinos iba a ser un delantero de 24 años de nombre Deshorn Brown. El ariete jamaicano, que milita en Noruega en el Valerenga, se acercó a Messi en cuanto pitó el árbitro y le pidió hacerse un selfie con un móvil que un compañero del banquillo le había pasado. La imagen dio la vuelta al mundo y el efecto viral de las redes sociales convirtió a Brown y a su selfie en una de las imágenes de la Copa América.
Después del encuentro, en zona mixta, no dudó en posar con la foto que él mismo había hecho y en explicar el porqué de su insistencia en hacerla: “Messi es un icono para mí. Le llevó viendo jugar en el Barcelona desde que soy un adolescente. Cuando salí a la cancha traté de olvidarme y junto a mis compañeros salimos a jugarle de tú a tú a la Argentina”. Así hicieron, pues los jamaicanos, con un sistema defensivo muy rígido, complicaron mucho la tarea de los atacantes de Argentina y lograron su objetivo de no salir goleados.
Después, en cuanto pitó el árbitro, llegó el selfie que ha hecho famoso a Brown y que humaniza a jugadores como los de Jamaica ante estrellas como las de Argentina: “Messi se mostró muy amable conmigo cuando le pedí la foto. Soy muy fan suyo. Fue un partido duro. Creo que hicimos bien nuestro trabajo, aunque no pudimos ganar. Es difícil competir con una selección que tiene a Messi y a tantas estrellas”. Un triunfo no, pero Brown ya tiene, al menos, la foto que quería.
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