Las Palmas y Zaragoza están a noventa minutos de lograr el sueño de regresar a Primera División. No hay marcha atrás, ni segundas oportunidades. Nadie puede ni quiere esconderse.
Las Palmas se aferra a su casa, a su gente, para creer en que la remontada del 3-1 de la ida no es imposible. En Zaragoza, sin embargo, viven contagiados por el discurso de Popovic. Acarician, y casi saborean, las mieles del éxito. Uno tocará el cielo y el otro seguirá sumido en el infierno.
El cúmulo de emociones será uno de los factores más importantes en el partido de esta tarde. Los nervios y la presión serán los jugadores determinantes para decantar el choque para uno de los lados. Este fue el principal escollo que encontró Las Palmas en La Romareda. Con el cartel de claro favorito... cayó fulminado por sus errores, muy bien aprovechados por el rival.
Favoritos. Ahora la piedra está en el tejado de los de Popovic. Parten con la presión de tener el ascenso en sus manos. Si los aragoneses templan los nervios y hacen un partido correcto, lo habrán conseguido. Pero un gol de los amarillos, sobre todo si llega pronto, lo podría cambiar todo. Con un tanto, sólo necesitarían otro para subir a Primera.
Por lo que respecta a los onces, Herrera adelantó que convocará a todos los jugadores y que en la lista definitiva tendrá más atacantes, con la novedosa presencia de Nauzet, que regresa dos meses después de partirse la clavícula, y Ortuño, desaparecido en el último tramo. En cuanto a Popovic, hizo viajar a la plantilla en pleno para concentrarla y tener a todos los jugadores juntos el día más importante.