05/11/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: La lucha por el estadio Modelo y su inauguración

Domingo 21 de Julio del 2019

Ricardo Vasconcellos Rosado: La lucha por el estadio Modelo y su inauguración

La historia es muy añeja. Empezó en 1934 cuando de Guayaquil surgió la idea de organizar la “Olimpiada Bolivariana”, llamada más tarde Juegos Deportivos Bolivarianos.

La historia es muy añeja. Empezó en 1934 cuando de Guayaquil surgió la idea de organizar la “Olimpiada Bolivariana”, llamada más tarde Juegos Deportivos Bolivarianos.

Tal vez pocos recuerden que el próximo 24 de julio se cumplen 60 años de la inauguración del estadio Modelo, llamado luego estadio Modelo Guayaquil y finalmente, aunque de modo muy tardío, estadio Alberto Spencer Herrera, como homenaje póstumo al crack nacional que alcanzó un nivel de fama universal al que nunca llegarán los futbolistas de hoy.

¿Cómo se forjó la idea y se concretó la construcción del que, en su tiempo fue llamado “el Coloso de la avenida de las Américas” por el que pasaron jugadores legendarios como Alfredo Di Stefano, Pelé, Garrincha, Ferenc Puskas, Eusebio, Lev Yashin, Bertie Vogts, Rivelino, Diego Maradona, y equipos des-lumbrantes como Real Madrid, Santos, Corinthians, Barcelona de España, Benfica, Borussia, Milán y otras formaciones de relieve mundial?

La historia es muy añeja. Empezó en 1934 cuando de Guayaquil surgió la idea de organizar la “Olimpiada Bolivariana”, llamada más tarde Juegos Deportivos Bolivarianos.

De inmediato se pensó en la necesidad de construir un estadio al que llamaron Modelo, pues solo se contaba con el estadio Guayaquil que tenía una cancha de tierra y tribunas de madera y caña guadúa. La idea no prosperó por celos regionalistas y de ella se apropió Colombia que concretó la iniciativa guayaquileña en 1938.

En 1942 la Confederación Sudamericana de Fútbol concedió a Guayaquil la sede del Campeonato Sudamericano de Fútbol al que bautizaron después como Copa América. Diversas causas impidieron que el torneo se realice en 1944, como estaba previsto, entre ellas la falta de un escenario adecuado. Se pasó la fecha para 1947, pero desde 1944 ya se empezó a hablar de un “estadio olímpico Modelo” para Guayaquil. El padre de la iniciativa fue Augusto Jijón Terán, un gran dirigente, quien presentó en octubre de 1945 a la Asamblea Nacional, que sesionaba en nuestra ciudad, un proyecto para que el Gobierno Central incluya en el presupuesto la suma de 500.000 sucres anuales para la construcción del “Estadio Modelo” hasta completar el valor de la construcción. La Asamblea aprobó el proyecto que se convirtió en ley en abril de 1946.

Inicialmente los terrenos señalados fueron los del estadio Guayaquil, ubicado en las manzanas Cuenca, Capitán Nájera, Tungurahua y Los Ríos, que fueron donadas por la Municipalidad. Pese al apoyo y buena voluntad del presidente José María Velasco Ibarra y a las gestiones de Jaime Nebot Velasco, el dinero llegaba a gotas y tarde. Otro obstáculo fue la oposición de los moradores de la zona que se resistieron a la idea de expropiar sus inmuebles para construir parqueos.

El Sudamericano de Fútbol se hizo en 1947 en el estadio George Capwell porque los afanes de levantar el Modelo no prosperaron. Con un aumento a 800.000 sucres de la asignación anual gubernamental el dirigente Jijón Terán, por insinuación de su colega Fausto Gómez Terán, planteó a la Junta de Beneficencia de Guayaquil la negociación de casi 150.000 metros cuadrados junto al Cuartel Modelo de la Policía Nacional. La Junta aceptó y el precio de venta fue de poco menos de 300.000 sucres, unos 20.000 dólares de ahora o tal vez menos. Una ganga para la Federación Deportiva del Guayas.

Los periodos de Jijón Terán (1946 a 1949) fueron muy fructíferos para la Federación. En enero de 1947 se iniciaron los trabajos de construcción del moderno estadio en los que colaboraron el Gobierno, el Municipio, el Ejército, el Comité de Vialidad y los aficionados. Los envíos del Gobierno se hacían con retraso por lo que en 1950 se estableció por Fedeguayas la contribución de un sucre por cada entrada vendida en los espectáculos que se realicen en Guayaquil.

La medida, cumplida a medias, fue rechazada luego por varios clubes por considerarla onerosa, pues se unía a los impuestos municipales a los espectáculos públicos y contribuciones fiscales. Esta impugnación motivó la renuncia de varios clubes a su permanencia en las filas de la Federación, el nacimiento de la Asociación de Fútbol del Guayas y el arranque del fútbol profesional en Guayaquil.

La elección en 1952 de Pío López Lara en la presidencia de la Federación Deportiva del Guayas fue decisiva para la continuación y culminación de la obra del estadio Modelo. En 1953 ocupó la presidencia de Fedeguayas Jaime Nebot Velasco, uno de los grandes impulsores del nuevo estadio. Fue él quien logró una subvención de 600.000 sucres anuales de parte del gobierno de Velasco Ibarra, usando su influencia como ministro de Economía. En 1954 volvió López Lara, quien emprendió la tarea de lograr rentas definitivas que no dependieran de la burocracia. Fue él quien elaboró el proyecto de decreto que gravaba con un centavo la venta de cada botella de cola, refrescos y aguas gaseosas o efervescentes que se produjeren o consumieren en Guayaquil. Lo presentó, como en otras ocasiones, a Jaime Nebot Velasco, quien logró la firma de Velasco Ibarra en el decreto de emergencia de mayo de 1954. El decreto facultaba a la Federación Deportiva del Guayas a contratar un empréstito para la terminación del estadio, con la garantía de los fondos que se iban a obtener con el gravamen a las kolas y más. Los embotelladores emprendieron una pertinaz campaña pública encabezada por Emilio Estrada Ycaza. Le salió al frente el ministro Nebot quien había sido activo representante de boxeo con la divisa de Emelec y, a su retiro del deporte activo, dirigente de Fedeguayas. El presidente Velasco Ibarra ratificó su apoyo a la construcción del estadio. La gestión de Nebot se amplió con un nuevo decreto que gravaba a los refrescos con diez centavos, de los cuales dos eran para la terminación del estadio, y el resto para obras viales en la Sierra.

Las penurias para procurar fondos terminaron gracias al trabajo fecundo de Augusto Jijón Terán, Pío López Lara y Jaime Nebot Velasco. Rafael Guerrero Valenzuela, Harry Cartwright Chiriboga y Voltaire Paladines Polo fueron eficaces continuadores. Paladines fue quien logró la financiación definitiva de la obra mediante un préstamo hipotecario de diez millones de sucres proporcionado por el banco La Previsora. Quien culminó la obra fue la Constructora Guayaquil cuyo compromiso inicial era el de levantar el estadio, pero que más tarde, por gestión de Pío López Lara, se amplió a la construcción de un velódromo de 500 metros y una pista atlética de 400 metros que, lustros después, la administración de “La Nueva Era” de Alianza PAIS, se encargó de destruir.

En 1949, iniciadas las obras, la Junta General de la Federación acordó designar al nuevo estadio con el nombre de Augusto Jijón Terán. El histórico dirigente, uno de los más importantes de nuestro deporte, se negó a aceptar el honor. Ni a él ni a Pío López Lara, un ejemplo de ejecutividad y honradez, los invitaron a la inauguración del estadio Modelo. Muchos años después la Federación designó como Complejo Deportivo Pío López Lara al que estaba situado en los terrenos del viejo estadio Guayaquil y que comprendía el estadio Ramón Unamuno, el gimnasio César Salazar, el coliseo Abel Jiménez y el diamante Yeyo Uraga. En una noche de arrebato el Gran Demoledor mandó la maquinaria pesada a derribar los escenarios deportivos para construir un parque.

Guayaquil, sin embargo, no ha olvidado a Nebot Velasco, a Jijón Terán ni a López Lara y vivirá siempre latente la gratitud hacia ellos. (O)

 

Los periodos de Jijón Terán (1946 a 1949) fueron muy fructíferos para la Federación. En enero de 1947 se iniciaron los trabajos de construcción del moderno estadio".

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