Falta casi un mes para que cierre oficialmente el libro de pases en el verano europeo y los 20 equipos de la Premier League han gastado más de 700 millones en transferencias. La cifra está lejos de terminar y los equipos del torneo que parte este fin de semana, han advertido que siguen abiertos a más incorporaciones. El fenónemo de gasto, que es mirado con recelo por el resto de Europa, no es sólo de los grandes. Hasta los de mitad de tabla hacia abajo han estirado la cuerda con cifras históricas. Y lo seguirán haciendo.
El impresionante nuevo contrato por conceptos de televisión explica en parte el nuevo escenario inglés. Sky TV y BT Sport pagarán en total cerca de 6.926 millones de euros por el derecho de emitir la exitosa competencia a partir del 2016-2017, lo que significa que cada club reciba por este mismo período una cifra de al menos 130 millones de euros al año.
De ese nuevo panorama, no sorprende por ejemplo que el Manchester City se gaste 62 millones de euros en Raheem Sterling y que el Liverpool lo reemplace con Roberto Firmino y Benteke, que en conjunto tuvieron un costo de 90 millones de la divisa europea. Incluso se hace predecible que los tres estén entre las transferencia más caras del mercado mundial, mientras en Alemania, España e Italia abogan por reducir gastos.
El que ha demostrado en estos meses su inmenso poder adquisitivo ha sido el Manchester United. El equipo de Van Gaal que ya gastó 200 millones de euros el año pasado, ahora va camino a llegar al mismo tope. Entre Schneiderlin, Depay, Schweinsteiger y Darmían ya abonó más de 95 millones, y tras la venta de Angel di María al PSG (63 millones de euros) espera seguir sumando nombres.
En contraparte, los que menos movimientos han generado han sido el campeón Chelsea, que sólo ha desembolsado por Asimir Begovic (11 millones de euros) como arquero suplente, y Arsenal con Peter Cech. Los 'gunners' eso sí aún no se retiran del mercado a la espera de sumar un nuevo delantero estrella para el equipo donde milita Alexis Sánchez.
Las grandes sorpresas a su vez han sido los impensados gastos de Newcastle, que ha gastado cerca de 40 millones de euros entre Mitrovic y Wijnaldum. O Leicester que contrató a Shinji Okazaki por 15, mientras Sunderland ponía la misma cantidad sobre la mesa por Jeremain Lens. Hasta el recién ascendido Bornemouth ha contratado los refuerzos más caros de su historia: Tyrone Mings (12 millones) y Max Gradel (10). Una tendencia que se presume irá en crecimiento. Así funciona el negocio en el país donde comenzó todo.