La devoción por un equipo de fútbol no conoce edades y nacionalidades. Es un sentimiento que rompe fronteras y supera barreras.
La final de la Copa Libertadores se disputa en Argentina y se palpita en Colombia gracias a los hinchas que alientan a River.
Luis Eduardo Martínez es uno de ellos. Desde hace varios años luce con orgullo la camiseta de la banda cruzada por la historia que tiene en común con Millonarios.
“La conexión comienza con los grandes jugadores que jugaron en ambos equipos, como Pedernera, Di Stéfano y Cozzi”, explica.
“El fundador de Millonarios (Alfonso Senior) creó ese vínculo entre el fútbol argentino y el colombiano en la época del Dorado. Mi ídolos son Di Stéfano, Funes y Francescoli. Por eso me volví hincha de River”, complementa Juan Gabriel Moya, otro colombiano de sangre azul con afectos por el club de Núñez.
Ambos pertenecen a la filial de la hinchada de River en Bogotá, que esta noche se reunirá en varios puntos de la ciudad para ver el juego contra Tigres. Hay otras en Medellín, Manizales y Barranquilla (nació por la presencia de Teo), pero la más numerosa está en la capital.
“Yo veo a River concentrado, motivado y con muchas ganas de hacer el doblete (Sudamericana y Libertadores)”, sentencia Juan Gabriel, delante del altar riverplatense que creó Guillermo Alejandro Stanglini, un argentino que se radicó en Colombia y convirtió su restaurante en un museo futbolero de visita obligada.
“Las finales se ganan, no importa cómo. Queremos la Libertadores”, arenga Luis Eduardo, quien siente a River “como parte de su vida por las amistades y el buen trato que recibió en Argentina”.
Así resume su experiencia: “Yo viví en Buenos Aires y seguí al equipo en todos momentos: ganando y perdiendo. Es muy emocionante cuando uno llega al Monumental y los hinchas de River se dan cuenta de que eres colombiano y de Millonarios. Todos empiezan a recordar a Di Stéfano, Amadeo Carrizo, Funes y Falcao. La conexión entre River y Millonarios se siente”.
Juan, quien también sigue al pie de la letra el mandamiento de los buenos hinchas, recuerda que ha estado las buenas y en las malas. Disfrutó las Libertadores del 86 y el 96, pero sufrió con el capítulo más negro de la historia millonaria: “Lloré de tristeza cuando nos fuimos a la B”.
“Ganar la Libertadores es terminar de cerrar un herida que jamás se borrará”, complementa su compañero de tertulia, haciendo referencia al indeleble descenso de junio de 2011.
¿Se pueden querer dos camisetas?
“El mejor ejemplo de eso es que hay gente que sigue a bandas de rock que no son colombianas. Las fronteras se acabaron hace mucho tiempo. Yo nací y moriré hincha de Millonarios, pero me hice hincha de River gracias a Juan Gilberto Funes”, argumenta Lucho, quien tiene lista su camiseta de cábala que "nunca ha visto perder a River".
A diferencia de su compañero, quien pronostica un dos a cero, él no se atreve a dar un marcador para esta noche.
Simplemente despide la charla con un "¡River campeón!", las dos palabras que resumen el anhelo del pueblo 'gallina' en Colombia y Argentina.