Un drama y un combate de dos horas y 34 minutos deposita a Rafael Nadal en su mejor conquista de 2015: el título del Bet-At-Home, el ATP 500 de Hamburgo, que Nadal alza por segunda vez (primera, en 2008), tras derrotar a Fabio Fognini por 7-5, 7-5 en dos horas y 34 minutos. Se trata del título número 67 en la carrera de Nadal, que suma 47 en tierra batida: esto último lleva a Rafa al liderato de todos los tiempos sobre arcilla, tras romper el empate con Guillermo Vilas. También será el único título de Nadal en tierra batida europea en 2015. Rafa lleva doce años consecutivos, desde 2004, ganando al menos un título sobre tierra en Europa. También se trata del tercer torneo que gana en este mismo año, con lo que iguala a David Ferrer.
No se tomaron prisioneros en el Rothenbaum Club. Capturas del drama: hasta 29 puntos de 'break' repartidos (Nadal firmó 7/15 y Fognini, 5/14), con enfrentamiento abierto al borde de la red cuando Fognini se disponía a servir con 5-4 para ganar el segundo set... que Nadal llegó a dominar por 3-1, con punto para 4-1. Poquísimo antes, el corsario italiano de San Remo se había quejado al árbitro, Damien Dumusois, por la demora de Nadal en los saques. En el cambio del 5-4, Nadal preguntó a Fognini: "¿Qué es lo que pasa?". Sin cortarse y agresivo, Fognini entró al trapo: "Te lo he dicho en el vestuario, no me rompas los h..., y lo estás haciendo". "En mi saque hago lo que quiero", dijo Nadal, mientras Fognini insistía en gritos guturales: "No me rompas los h...", en perfecto castellano de Cervantes. Al momento, Rafa quebró ese siguiente saque del italiano... que llegó a manejar dos puntos para ganar el segundo set: 5-4 y 40/15. Un 'vaamoos' estremecedor lanzado por Nadal saludó el 5-5 cuando la bola de Fognini estallaba sobre el pasillo de dobles. Nadal limitó al 33% los puntos ganados por Fognini con segundos servicios: 14/42, 14 en toda esta batalla: Fognini había ganado a Nadal sus dos cruces de 2015, en Rio de Janeiro y Barcelona; ambos, bastante memorables.
Fue un combate, una batalla de atrición desde el primer juego, que duró 12 minutos bajo el sol de Hamburgo (a 23 grados en el Rothenbaum Club) y en el que Fognini rompió el servicio inicial de Nadal, a la cuarta bola de rotura. Una gresca descarnada llevada a cabo con las piedras de las durísimas bolas 'Tretorn'. Luchaban la consistencia mental de Rafa Nadal y la lluvia pesada de su 'topspin' contra los tiros planos y la mano prodigiosa de Fognini, que se increpa a sí mismo en los malos momentos llamándose 'Fogna': alcantarilla en italiano. Como un rodillo, el juego soviético de Nadal fue doblando la mano ácrata de Fognini, cuyos finos huesos han enamorado a Flavia Pennetta: el de Fabio es, en efecto, un tenis que podría pasar al mismo tiempo como hijo del anarquismo y aparecer con la insolente belleza del pecado. Fognini conectó 39 monumentales tiros ganadores. E incurrió en 60 errores no forzados. Nadal, ceñudo, resuelto y determinado ante la misión de la reconquista de Hamburgo, selló menos de la mitad de ganadores: 18... y también la mitad de fallos sin provocar: 27. Cuando acabó de rematar su título número 67, Rafael Nadal Parera se limitó a devolver de soslayo el saludo del corsario Fognini y, de inmediato, se arrodilló sobre la tierra color canela del Rothenbaum. Parece increíble: pero el 'Jedi' de Manacor, Rafael Nadal, tan ceñudo como soviético en su tenis está empezando a volver. Otra vida. Una más.