Inesperado empate, pero buenas sensaciones sobre el césped. Así se va el Atlético de Japón, tras su partido ante el Sagan Tosu, que los rojiblancos cerraron con clase. Un disparo a lo Panenka de Vietto, victoria en los penaltis y vuelo a Shangai. Fue una buena prueba del Atlético, que jugó ordenado en todo momento y al Cholo le sirvió para constatar lo que ya sabe, que este año tiene fondo de armario. Y bastante, además.
Simeone quería goles y, de momento, tiene goleadores. Cinco ha marcado el Atlético esta pretemporada. Y, los cinco, de cinco futbolistas diferentes. Koke se sumó ayer a la lista con una maravilla. Un gol olímpico que desatascó el juego del Atlético en la primera parte ante el Sagan Tosu. Salió el Cholo con Moyá en la portería, Gámez en el lateral derecho, Koke y Saúl en el centro y Torres, referencia, arriba. El Atlético jugó los primeros minutos ordenado, sin complicaciones. Aunque al principio, la diferencia fue de piernas: los rojiblancos acusan cansancio de pretemporada y los japoneses ya están en plena competición. Eso le dio una ligera ventaja al Sagan Tosu, cuyo juego, en los primeros minutos, consistía en balonazo largo y a verlas venir. Pero, el cansancio y la humedad mordieron primero al Atlético. Y los japoneses se vinieron arriba, con el extremo Yoshida, como un cuchillo por la izquierda. Y, mientras, en el Atlético, Lucas mandaba un disparo a las nubes (8’), Óliver dejaba destellos con paredes constantes con Carrasco y Siqueira y la realización televisiva dejaba un detalle curioso: la voz del Cholo, sus órdenes, que se oían todo el rato. "Vení, vení. Dale, dale. Jugar con Koke". Y, en el minuto 18’, Koke se sacó de la pierna derecha un golazo. El gol de la pretemporada. Sin rival. De esos para grabar y ver con palomitas. Fue en el minuto 18. Koke sacó el córner con la derecha y el balón hizo una parábola perfecta, beso el larguero y se coló adentro. Duró exactamente cuatro segundos y el portero japonés pudo hacer algo más. Pero sólo dio un manotazo y un salto, al final, como rendido también ante ese golazo.
Y, partir de ahí, el Atlético fue dueño y señor del juego y del partido. Destacó Saúl. Él era el principio de todo el juego del Atlético: incrustado entre los centrales, sacaba la pelota hacia Óliver y Koke, que a, su vez, distribuían el juego hacia las bandas para que el balón le llegara a Torres. Pero el final de la primera parte llegó con malas noticias. Siqueira, que sabe que está en el escaparate y estuvo muy participativo, sobre todo en ataque, se torció un tobillo y no regresó de los vestuarios.
En la segunda parte, Simeone aprovechó para cambiar jugadores y esquema (del 4-1-4-1 de la primera parte al 4-3-3), con los tres pequeños (Griezmann, Correa y Vietto) dándole ritmo, movimiento arriba y juego entre líneas. El francés entró en el minuto 50 por Raúl García y los volvió locos a todos. Entraba, salía y se movía por todas partes. Le hicieron un penalti, en el minuto 64, que el árbitro no pitó y fue bastante claro.
El Atlético tenía dominado el juego y al Sagan Tosu bailando al ritmo que imponían sus pequeños. Pero en el minuto 81’ un cambio de ritmo brutal de Tamura por la derecha pilló a Gámez cansado (fue de los pocos rojiblancos que aguantó todo el partido, con el calor y la humedad insoportable, sobre el césped). El japonés centró y Moyá rechazó, pero la pelota se topó con el hombro de Savic, que cambió la trayectoria del balón hacia la portería. Es el primero que el Atlético recibe esta pretemporada. Al final el Atlético se llevó el partido en los penaltis. Aquí los rojiblancos cumplieron. Marcaron todos. Griezmann, Gabi, Tiago y Vietto. Y Moyá también se lució, parándole el penalti a Tamura y adivinando la trayectoria del disparo de Kobayashi.