En sólo cinco años, la carrera de Mauro Olivi se llenó de luces y sombras. En 2010 deslumbró con la casaquilla de Audax Italiano, se ganó todos los premios y las ofertas llovían. Hoy está sin club y con un pasado reciente que incluye irregulares años en Colo Colo, coqueteos con la farándula y un abrupto final en su segunda etapa con el cuadro de La Florida.
Ya no quiere jugar en Chile y su objetivo es fichar pronto en algún club, ojalá de Europa. "De acá me contactaron algunos equipos, pero necesito un cambio. Tuve todo listo con un club español, pero lo sancionaron por arreglo de partidos y se me trancó esa opción. Ahora sigo esperando que salga alguna oportunidad. Tengo la convicción de que así será", confiesa.
"Esto me desespera, por mí firmaría mañana, porque estar sin entrenar en un grupo, haciendo fútbol, no es nada bueno", agrega.
La bohemia
Apenas llegó a Colo Colo, las cámaras de los programas de farándula lo apuntaron como un blanco predilecto. Un altercado con una ex novia lo llevó a estar detenido y sus salidas nocturnas comenzaron a hacer mucho ruido.
Muchas veces se le tildó de 'bueno para la noche', ¿qué tan cierto es eso?
Salí varias veces y no me arrepiento de eso, porque lo hice en los momentos en que se podía. Nunca salí ni siquiera dos días antes de un partido. Incluso cuando el equipo andaba mal no lo hacía. Con esto no quiero decir que las responsabilidades son de otros, yo sé que en algunas cosas fallé y sé en cuáles. Por ejemplo mi personalidad, algo que también me afectó dentro de la cancha en el tema de las expulsiones. Salí igual que otros, pero no sé cuál era el tema conmigo, no podía hacer nada porque de inmediato salía en la prensa o en Twitter.
¿La farándula afectó su carrera?
Sí, de todas maneras. En un momento se me acusó de algo muy desagradable que nunca fue cierto. En ese ambiente se trata de hacer ruido con cualquier cosa. De todas formas reconozco mi cuota de responsabilidad. Además, todo esto le afectaba mucho a mi familia y eso era lo que más me dolía.
¿Siente que eso le impidió rendir en Colo Colo?
No hay que ser ciego o tapar el sol con un dedo, mi paso por el club no fue bueno. Pese a las contrataciones que se hacían, a nivel colectivo no sé qué pasó durante mis primeras temporadas. Cuando fuimos campeones no jugué tantos minutos y ahí mi personalidad no me hizo tener la paciencia para esperar mi momento. Incluso salí de las citaciones por cuatro o cinco partidos y eso era terrible. Tuve momentos buenos, algunos clásicos en que lo hice bien, pero no puedo decir que fueron años positivos.
Además se habló de un altercado con Héctor Tapia...
No llegamos a tener un encontrón porque Tito es alguien muy tranquilo, pero esa vez pasó que yo había hecho dos goles en los últimos tres partidos y siempre era el primero en entrar desde la banca. Se lesionó Flores y yo era su suplente, así que pensé que jugaba, pero en la práctica de fútbol lo ponen a Juan Delgado y eso me puso loco. No me moví, me quedé parado en la práctica y después del primer tiempo me fui. No tuvimos una discusión, pero fue una actitud de mierda que no pude controlar. De todas formas, hasta el día de hoy no entiendo esa decisión del entrenador.
¿Le gustaría una revancha en el club?
Ya pasaron tres años, es una institución que quiero muchísimo, pero ya está. Me gustaría, pero uno no es tonto. Lo que sí, agradezco mucho a la gente porque no rendía ni la mitad de lo que había rendido en Audax y muchos hinchas me pedían en cancha, me bancaban y por eso me daba bronca que las cosas no me salieran. Había otros que me puteaban y que me hubiese gustado convencer de que podía ser un aporte.
La fría relación con Pellicer
¿Por qué se fue de Audax?
Mi último año en Audax no fue lo que esperaba. En mi primera etapa estábamos peleando cosas importantes y ahora estuvo ese trauma del descenso, lo que implica muchas presiones. Además, cuando el club decidió mantener al cuerpo técnico, tomé la determinación de no continuar y buscar otros rumbos. Entrené una semana y luego hablé con el gerente deportivo para comunicarle que no quería seguir.
¿Qué problemas tuvo con Jorge Pellicer?
Siempre estuve acostumbrado a otras maneras de manejar el grupo. Cada uno lo hace como quiere, pero yo sinceramente no tenía ganas y no estaba de acuerdo con cómo lo hacía el DT. Es respetable su forma y reconozco que uno también es especial y tiene su carácter. Sentía que mi malestar no sumaba para que el club esté mejor. Tampoco me gustaba la forma en que jugaba el equipo, no lo disfrutaba. En definitiva son diferentes formas de manejo.
Por todo lo que ha hablado, ¿le cansó un poco Chile?
No es que me cansó. Yo soy un agradecido del país y de su gente. Acá conseguí mi mayor logro personal y eso no me lo va a quitar nadie. Lo que sí, me dolían muchas cosas, sobretodo cuando veía mal a mi papá. Eso hacía que no me sienta del todo bien.