Jorge Garcés está alejado hace casi un año del fútbol profesional. Su última experiencia fue en Rangers de Talca, pero no le fue bien. "Con dos partidos más, mantenía al equipo en Primera, y eso que trabajé gratis. Después, fue un error seguir, no estaban las condiciones. Espero de todo corazón que el equipo pueda subir este campeonato", comenta de entrada.
Al popular "Peineta" hoy se le ve relajado. Su vida la reparte entre Viña del Mar, Rancagua y Talca. En la Ciudad Jardín está radicado hace años, pero tiene un pequeño hijo en la Sexta Región y una escuela de fútbol en la capital maulina. Las charlas motivacionales, además, lo mueven por todo el país.
Asegura que no está desesperado por volver a sentarse en una banca. "No por estar cesante voy a aceptar lo primero que me propongan", apunta mientras disfruta de un tenue sol de invierno que se asoma en el Patio Rugendas, un concurrido café talquino, su lugar favorito hoy por hoy.
Ofertas, eso sí, no le han faltado. Su sueño es volver a dirigir en el extranjero tras su paso por los Jaguares de México (2002-2003). Y muy cerca estuvo hace poco. "Lo más cercano fue Austria, en el equipo que estuvo Murci Rojas (Sturm Graz). Quedamos al final dos candidatos, de varios otros, pero se decidió por un alemán porque ya había dirigido en el país. En Bélgica pasó lo mismo con el Standard de Lieja", confiesa.
"Lo último fue la Selección de Egipto, como yo hablo francés e italiano les interesé, pero se decidieron al final por Héctor Cúper, que había dirigido al Valencia y el Inter. Es argentino...", comenta con una sonrisa.
¿Es cierto que años atrás estuvo muy cerca de dirigir a Boca Juniors?
-Cómo estaría de cerca que estuve en la casa de don Mauricio Macri dos horas y 45 minutos. Me quería conocer porque estábamos entrando en tierra derecha en las negociaciones. Éramos siete técnicos y al final quedamos dos. Se decidió por el "Maestro" Tabárez porque ya había estado allá. También estuve cerca del Rayo Vallecano, el gerente de esa época vino tres veces a hablar conmigo. Se ha quemado en pan en la puerta del horno muchas veces.
¿Por qué tantos deseos de dirigir en el extranjero?
-Porque ha habido una cierta ingratitud del país hacia mí en la parte deportiva, incluso en los medios.
¿Hay mucha preferencia por los técnicos extranjeros?
-Sí, pero desde hace mucho tiempo. Cuando recién llegué a Chile, en 1992, si me hubiera llamado "Garcesky" o hubiera sido extranjero, habrían dicho que yo traje el fútbol ofensivo.
¿De quién es la culpa de eso?
-Es que en Chile, por ignorancia, todavía piensan algunos que son todos Bielsa, Sampaoli o Berizzo. En los últimos años han llegado más de 50 técnicos extranjeros y si te pido que nombres cinco, te va a costar. La culpa es del sistema, de los dirigentes, porque pensaron que él (Bielsa) inventó el fútbol ofensivo. Veo un técnico que estuvo en Temuco, Curicó, Lota, San Felipe, Magallanes, qué se yo. Técnicos extranjeros que no son nada. En Cobreloa también llegó (Marcelo) Trobbiani, que vino a tomarse todo lo que quiso...
¿Qué técnico de los actuales del medio local le gustan?
-Pensaba que Mario Salas, pero me fui cuestionando con lo de Católica. Además cuando salió de Huachipato tampoco estaba muy bien. No puede ser que el año pasado haya sacado 29 puntos de 51 y todavía se cuestionan si la campaña fue buena... José Luis Sierra anduvo bien en un torneo, pero en los últimos dos anduvo pésimo y llegó a Colo Colo. Lasarte me parece un hombre serio. "Vitamina" Sánchez no sé si será realmente o sólo es marketing... "Fantasmita" Pereyra hizo una campaña muy regular en La Calera, hay que verlo ahora cómo sigue. Fernando Vergara tuvo campañas buenas y malas. En Arica tuvo un campeonato correcto. Ojalá lo pueda ratificar en Unión. El año pasado andaban todos trastornados con (Pablo) Guede y terminó pésimo.
Dalcio Giovagnoli salió campeón con Cobresal...
-Sí, se me había olvidado. Es que es un tipo correcto y muy serio. En Talca me hablaron muy bien de él. Pero no lo digo por ese campeonato feo que ganó con Cobresal, si no por todo su trabajo. Es que yo veía jugar a Cobresal y decía "¡cómo va a salir campeón Cobresal!". Pero vi a los demás equipos y andaba todo parejito. Se dio. Lo mismo pasó con el O'Higgins de Berizzo. No creo que haya sido más equipo que el O'Higgins que dirigí yo el 2006, pero salió campeón. Y a los campeones los respeto, porque para ser campeón hay que ser campeón, sobre todo en un equipo chico. Por eso mi campeonato con Wanderers no me lo va a quitar ni mi peor enemigo.
Pero es bueno, al menos, que vayan apareciendo nombres nacionales como Sierra, Salas, Tapia, Vergara, Vilches. ¿O no?
-Sí, claro. Ojala le vaya bien a José Luis, que Mario Salas se pueda enganchar y se consolide, lo mismo Hugo Vilches. Por lo menos se ve gente seria y trabajadora.
¿Qué opinión tiene de Marco Antonio Figueroa?
-Yo lo admiro. Siempre trabaja. Debe tener un empresario espectacular. Si yo me hubiera mandado la mitad de las cagadas que se ha mandado él, me habría tenido que ir del país.
¿Le gusta cómo técnico?
-Es que después de tantos años tienes que ganar cosas también. A mí me hubiera encantado que me hubieran entregado la U y la UC en algún momento, pero Marco es especial. Lo último que hizo, ¡uf! Le dieron 20 partidos, le rebajaron casi la mitad, agarró club en Primera a la semana y eso que había descendido. Vino a Everton y no pudo ascender, fue a salvar a San Felipe y descendió. No sé... Bien por él, mientras la gente trabaje, yo feliz.
¿Cómo vio el trabajo de Jorge Sampaoli en Copa América?
-Yo valoro mucho lo que él ha hecho. Contrariamente a lo que dice la gente, valoro más lo de ahora que lo de antes. Ahora fue más amplio, se dio lugar a reconocer que en el fútbol no hay un sólo sistema, si no varios.