Han pasado 828 días desde que Mourinho se midió por última vez al Barcelona. Fue el 2 de marzo de 2013, en Liga, poco antes de que dejase el Real Madrid. Anteriormente, el Barça había vencido a su equipo en más de una ocasión. Hoy vuelven a verse. Sin tensión, sin presión, pero con el orgullo en juego. Y con Cesc Fàbregas en el equipo rival.
El Barça ha mostrado buenas maneras en esta gira norteamericana. Controló más el partido ante los Galaxy (1-2) que el compromiso del pasado sábado ante el Manchester United. Contra Van Gaal la mala suerte condenó a los culés (tres palos), que no supieron acabar de amarrar el partido y mostraron desequilibrio entre la creación y la defensa, que quedó expuesta a las contras inglesas y por ahí se coció la derrota.
Luis Enrique volverá a insistir en la presión al rival. El técnico asturiano exige siempre el esfuerzo como base de su filosofía, por lo que será interesante comprobar cómo avanza Luis Suárez en ataque, acompañado por Pedro y Munir, jugador en el que sigue insistiendo el asturiano.
El Chelsea tampoco está para tirar cohetes. En la gira norteamericana cosechó una contundente derrota ante el New York Red Bull (4-2) y empató a uno contra el París Saint Germain el pasado sábado.
Dos años y pico después, Mourinho se cruza en la vida del Barcelona. Será un partido amistoso, vale, pero ganarle al portugués siempre es un aliciente para los jugadores azulgrana.