A cinco puntos de Rusia y a 3,5 de China, España se cayó del podio que defendía del Mundial de Barcelona, en 2013, y se encuadró en la quinta posición en la final de equipo técnico. Caras largas en la Selección, que no mejoró la nota de la preliminar sino que los jueces decidieron puntuarle incluso menos (90,8720). El bronce fue para las japonesas, la selección triunfadora de este campeonato de Kazán, que vuelve al podio desde Melbourne 2007. De ahí las lágrimas cuando conocieron la nota (92.4133).
El rejuvenecido equipo español saltó a la piscina dispuesto a mejorar su puntuación y a conquistar la cuarta plaza. Llegaba a la final a menos de un punto de China. Pero las jueces tenían muy claro el orden del podio, marcar esas diferencias entre los de arriba y castigaron al equipo español, el gran perdedor de estos Mundiales por el momento en las rutinas olímpicas. En cuarta posición quedó Ucrania, que también ha ido a menos (91.7690).
“No estoy contenta. Los jueces han decidido ampliar las diferencias y dejar clara la clasificación. Creo que nadamos bien, con algunos desajustes, pero parecido a la preliminar… Y tenemos una puntuación más baja”, comentó la seleccionadora Esther Jaumà tras el ejercicio. Al equipo español, formado por algunas debutantes, le están castigando los jueces en todas las pruebas menos en la rutina de solo, en la que Ona Carbonell se está consolidando en el podio.
Ya sea por la juventud del equipo o la propuesta española, los jueces no están premiando el trabajo en estos Mundiales, siempre a la sombra de Rusia, China, Japón y Ucrania en las rutinas de equipo. Tras el aviso del Europeo de Berlín, el año pasado, Japón, que llega con un equipo potente y con un trabajo exhaustivo, se ha colocado en ese tercer cajón del podio y, además, está abriendo brecha con Ucrania y España, que quedan desplazadas de la nueva elite de la sincro.